—Esto es todo... —Murmure con cierta melancolía en mi tono de voz— No puedo ser tan desgraciada para arruinar una familia entera...
—Ni yo puedo arrebatarle la felicidad a mi hermano —Murmuro en un tono similar, intentando sostener su mirada.
—Después de todo... Tenía razón. —Me di media vuelta para no tener que caer ante él.
— ¿A qué te refieres? —Me sujeto del hombro.
—Las personas con intereses similares, están destinadas a estar separadas... —Dije enfrentándolo.
—Ojala y nuestra posición fuera otra, una en donde la familia no estuviera de por medio... —Me sujeto de las manos.
—Adiós Suga...
Una vez más el sentimiento se hizo presente envolviéndome en las sabanas de la melancolía amenazándome con un nudo en la garganta que por más que intentaba no se alejaba. No quería mostrarme afectada, esa era Tn__.
Tn__ siempre fue soberbia y fuerte, no iba a dejar caerme ante nadie, a pesar de que se tratara de Suga. En el fondo sabía que si mostraba por un segundo mis sentimientos de una manera tan sencilla como llorar, o lanzándome desesperada a los brazos de él, pidiéndole que por favor nos fugáramos lejos de todos, emprendiendo una nueva vida juntos. Si lo hacía de esa manera y Suga accedía, jamás podríamos vivir felices.
Me di la vuelta dispuesta a marcharme, cuando me detuvo atrayéndome cerca, muy cerca de su cuerpo. Me miro fijamente y de pronto sentí mi mundo derrumbarse... Suga ya no era el mismo chico feliz y soberbio, ahora era un hombre frágil, inseguro herido, con el corazón roto.—Déjame recordarte por última vez —Susurro en mi oído— Dime que todo el amor que jamás entregaste, es mío. —Sus brazos atraparon mi cuerpo en un apasionante abrazo. Ese abrazo, fueron todos los abrazos que a lo largo de vida, nadie me dio. Él, lo era todo, pero no lo suficiente. Sus manos acariciaban mi cabello, mientras sus palabras me dejaron inmovilizada, sin parpadear. Si decía una sola palabra... seria mi fin, me echaría a llorar ante él.
—Suga... —Murmure en un hilo de voz— Yo siempre seré de ti...
Me tomo del rostro, mirándome con ese par de ojos que aprecian llenar de luz la penumbra que habitaba en mi alma, y me beso. No dude ni un segundo más en tomarlo entre mis brazos correspondiendo a nuestro último beso de amor.
—No olvides que yo siempre te ame. Me resultara difícil mirarte todos los días a su lado.
—Creo que es mejor mantenernos alejados mientras esto pasa...
— ¿Crees que pase algún día?
—Tienes, que pasar... Nada es para siempre.
—Entonces... me iré...
—No. No, yo me iré...
—Déjalo... Deja a Jin y cuando él te haya superado, yo volveré y te buscare... Entonces nos vamos lejos...
—No será sencillo...
—Para mí no es nada sencillo dejarte ir... Simplemente no puedo.
—Te prometo que... Lo intentare. Preparare a Jin para el divorcio. Mientras tanto, mantengámonos alejados. No quiero exponer a nadie.
Me abrazo de nueva cuenta.
—Suga basta... Tengo que irme y si continuas haciendo esto, jamás podre irme de ti.
—Deja tu frialdad, conmigo no finjas...
Lo mire. El tenía razón. Lo tome del rostro y lo bese.
—Te amo idiota —Musité.
Rió. —Contigo, aprendí a decir "te amo" antes de ti, no era más que un hombre con necesidades
—Contigo he aprendido muchas cosas —Sonreí y enseguida suspire acariciando su rostro— Adiós Suga...
—No. —me detuvo— Hasta pronto...***********
Había pasado un mes... El mes más amargo de toda i tenue existencia.
Todo había empeorado, mi estado de ánimo, mi relación con Jin, Suga no había vuelto y para el colmo su novia se había ido con él a Japón.
Estaba mal; triste, enojada, desesperada, no sabía qué era lo que me pasaba. Lo entrañaba y por más que intentaba dejar d pensar en él, no podía... lo necesitaba..., me sentía vacía, incompleta... infeliz.— ¿Te digo algo? —Murmuro mi hermana con preocupación en él tono con el cual se dirigía a mí.
—Dime...
—Cuando tenías tu amorío con Suga... —bajo la voz— Te veías más feliz. Y ahora que se ha ido ¡mírate! No eres la misma.
—Jamás volveré a ser la misma... Pero estaré bien.
—Al menos estas intentando olvidarte de el... ¿verdad?
—Claro.
—Empiezo a creer que mi hermana se está convirtiendo en una humana
Resople. —No digas tonterías...
—Estas enamorada. —Espeto— No lo niegues, porque se te nota. Eso es algo que no se puede esconder...
— ¡Ya basta! Suga se fue... Por un muy largo tiempo y cuando regrese, esto ya estará olvidado y superado...
— ¿Cuándo vuelve?
—En cuatro años... —Me deje caer en la cama con intensa melancolía.
— ¡Lo vez! Mírate, no puedes ni con tu alma. Aunque de cierta manera, te admiro... Si yo estuviera en tu lugar, sufriendo por que su supuesto amor se fue por cuatro años, yo estaría muerta llorando.
—Yo jamás lloraría... Cuando lo haga, entonces ese día será mi fin —Murmure inexpresiva, con la mirada fija en el techo de la habitación.Estaba muriendo lentamente por su ausencia, a pesar de haberlo intentado no podía olvidarme de él. No podía dormir por las noches imaginándolo con Hye Ra... "¡lo extraño tanto!" Me sentía castigada, un castigo que sin duda, me merecía.
"¿Cómo se me ocurrió enamorarme? Aunque ¡claro! De amor, nadie muere..."Esa tarde dormí por muchas horas hasta un deseo acompañado de melancolía, floto. Tome un baño y Salí hacia el Parque Chiaksan, donde se encontraban aquella casa símbolo de nuestro amor.
Estuve deambulando por el lugar, sola con toda esa tristeza que invadía mi alma. Deseaba llorar y no podía y eso para mí era como ahogarse, asfixiarse.
En mi mente no había otra cosa que no fueran los recuerdos de nuestros múltiples encuentros. El lugar olía a él, y eso me hacia extrañarlo más. Una parte de mi, se había desprendido adhiriéndose a Suga, dejándome incompleta.Me senté al borde del rio, admirando el trayecto del agua. Me producía calma, pero no la suficiente, para olvidarme de aquel horrible llanto que amenazaba con brotar. En un acto de "No sé que" me desvestí quedando solo en ropa interior. Me lance al agua, sintiendo el frió de esta, recorrer todo mi cuerpo. Nadaba de un lado a otro, sumergiéndome lo más profundo que podía. Deseaba ser una pastilla efervescente que con el contacto del agua de desintegrara, pero no. Seguía siendo yo, con mis pecados, demonios y sombras que me atormentaban.
Mi piel estaba arrugada, mis piernas y brazos entumidos, por el tiempo que pase dentro del agua.
Nade hasta el extremo del lago donde había dejado mi ropa. Al llegar allá, pase mis manos por mi cara retirando el exceso de agua de mi vista y enseguida salir del lago. Pero al mirar hacia arriba comencé a creer que mi demencia se había tornado seria. Una figura conocida estaba justo al frente de mí, se hinco extendiéndome su mano, brindándome ayuda para salir del agua.
Estaba perpleja, no entendía mi lucra, mi demencia mi delirio... ¡Mis espejismos! ¿Tanto lo extrañaba como para imaginarlo frente a mi?— ¿Me extrañaste? —Dijo con una sonrisa seductora que enseguida cautivo mi corazón.
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MI PECADO FUE AMARTE
Dla nastolatkówUna mujer... un hombre; la "pareja perfecta" Una mujer un hombre... "unidos por el pecado" Krystal una joven estudiante novia de Jin un hombre maravilloso capaz de poner el mundo a sus pies. Una relación llena de pasiones, amor, unión...