MI PECADO FUE AMARTE

CAPITULO 23

MARATON 3/5

  En el camino sonó mi celular y debía contestar para no levantar sospechas de nada. Hice señas a Suga para que guardara silencio y pudiera llevar a cabo mi mentira mucho mejor. Y conteste mi llamada.

—Hola.
—Mi amor ¿Dónde estabas?
—Ahh... Jin, voy de camino a la casa. Estuve todo el día con mi hermana.
—Está bien... Solo necesito que pases a la joyería, hoy nos entregan la réplica de tu anillo.
— ¿Es hoy? Oh... lo había olvidado..., pero si, Jin. Pasare por el ¿A qué hora lo tienen?
—A las seis... ¿podrás pasar por él?
—Claro, sin ningún problema... te veo al rato.
—No tardes...

Pedí a Suga que me acompañara por el anillo, así que nos dirigimos a la joyería. Esperamos que dieran las seis de la tarde mientras tanto Suga y yo disfrutábamos de la estancia en una cafetería por la zona. En el lugar había una señora de cabellera rubia que no me despegaba la mirada. Había ignorado aquel extraño gesto hasta que se acerco a nosotros.

—Buenas tardes —Saludo cortésmente aun sin despegar la mirada sobre mí.
Ambos respondimos al saludo. Parecía una señora normal, hasta cierto punto, pero no tenía cara de loca ni mucho menos vestía ridícula.
—Mucho gusto mi nombre es Soo Min —dijo amable— Usted... ¿cree en los videntes?
— ¿Videntes? ¿Es broma?
—No, por supuesto que no. las cosas de las que le hablare, tómelas como quiere, menos como una broma...
— ¿Cuáles cosas? —Mi extrañeza aumento. Como dije con anterioridad, la señora parecía cuerda, no era del tipo maga o psíquica que adivinara el futuro. No entendía como decía tanto disparate.
—Su futuro —espeto en tono misterioso. Enseguida jalo una silla y se sentó al frente de mí. Sujetando mi mano sin autorización ni nada por el estilo y observando la palma de mi mano.
Suga miraba la escena con incredulidad e igual de confundido que yo.
— ¿Mi fututo? —Repetí para mi misma— esto es broma ¿cierto?
—El futuro no es una broma —comento como si la que estuviera diciendo disparates fuera yo—. Veo algo en sus ojos... algo que me llena de temor y tranquilidad al mismo tiempo...
— ¡Oh! No es la única —Murmuro Suga en su tono de broma. Hice una mueca para que cerrara la boca.
—Tal vez piensen que estoy loca por decir esto, pero yo tengo un buen ojo para estas cosas. En este momento podría decirles infinidad de cosas que solamente conocen ustedes, pero mi finalidad no es asustarlos ni ahuyentarlos sino prevenirlos. Si... —Se dijo así misma— Su línea de la vida es muy larga, más de lo normal... y la del amor —observo a Suga de reojo— ¿la puede ver? —dijo mirándome a los ojos, invitándome a contemplar la palma de mi mano.
—Solo veo una "M" —Comente.
—No es solo una "M" —Replico en un ligero tono de humor— la línea del amor está quebrada y se cruza con la de la vida, eso lo convierte en un problema... deberá elegir entre el amor o su vida. Y no tiene línea de salud ni suerte ¿sabe el porqué? Porque los ángeles demonio no se enferman un utilizan la suerte. Para la gente como tú, es complicado tomar decisiones así que debes esforzarte por mantener tu balance, entre el bien, y el mal y con eso también me refiero a los líos amorosos —Miro a Suga nuevamente— a veces el amor es tramposo. A veces no todos pueden tenerlo por siempre o en otras ocasiones lo tendrán, pero no lo podrán disfrutar. Por favor cuide de su salud mental y espiritual —Concluyo poniéndose de pie— A sido un placer advertirle. Cuiden de ustedes... justos hasta el final... hasta pronto —Sonrió y se marcho.

¿Qué fue eso? No sé qué poder extraño sobre mi tuvo aquella mujer, lo cierto fue que provoco cierta alteración en mi sistema. Cierto o falso me había sorprendido con todo lo que dijo.

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—Este anillo es incluso más bonito que el anterior —Dijo Jin mientras me ponía el nuevo anillo
—Oh... cierto, es más grande y elegante... —comento Hye Ra— El día en que me case —miro con timidez a Suga quien estaba sentado en el sofá bebiendo de su copa de vino con frialdad como solo sabia serlo el— quiero que mi anillo sea como el tuyo ¡suga ven a verlo!
Suga avanzo hasta donde nos encontrábamos, tomo mi mano para observar lo que su novia le había ordenado ver. Mientras Jin me abrazaba por la cintura y Hye Ra se colgaba del cuello de su amado.

—Sí. Es bonito —murmuro. Lanzando una mirada penetrante capaz de cautivarme y de pronto note que no soltaba mi mano, hasta que decidí retirársela.
— ¿Qué les parece si pasamos a la mesa? —Dijo la señora Kim quien iba entrando a la sala.

En la cena hablaron sobre una reunión que estaban preparando con motivo de una celebración. Suga y Jin habían unido sus inteligencias para sacar adelante un nuevo proyecto con una empresa extranjera el cual les dejaría como ganancias millones de dólares. En la celebración asistirían miembros de la empresa como empleados empresarios etc. Se llevaría a acabo el día sábado por la tarde.
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La mañana del sábado, cuando Jin había partido a la empresa, buscando tener todo en orden. Y el resto de la familia, estaban ocupados con sus diversas actividades cotidianas así como la preparación de la reunión de ese día.
Yo me encontraba en la comodidad de mi habitación tomando un baño. Había vaciado toda la botella de shampoo a la tina con la finalidad de hacer mucha espuma y perderme entre ella como si fuese la neblina o simplemente las nubes que de vez en cuando cernían el cielo.
Algo inusual, sombrío sucedía conmigo; de un par de días pasados había estado sintiendo una sensación que me carcomía por dentro. No estaba triste, incluso hasta llegaba a cantar durante las duchas... pero eso era mientras estaba solitaria.

Estaba en plena relajación jugando con la espuma cuando un ruido en la habitación me desconcentro.

— ¿Jin? ¿Eres tú? — eleve la voz con la finalidad de que pudiera escucharme y resolver mi duda, pero nadie respondió. Fundida por la curiosidad tome mi bata y me apresure a salir para saber de quién se trataba. Jin se había marchado, así que me resultaba difícil que fuera él.
De pronto la puerta se abrió. Suga había entrado sin tocar, y con tanta urgencia que me tomo por sorpresa, logre saber que era él cuándo me tenía contra la pared sujetándome con fuerza de la cintura empujándome contra su cuerpo—. ¿Qué haces aquí? —Exprese con asombro.
—Vine a verte... —Murmuro contra mis labios.
—Esas son tonterías... siempre me vez...
—Bueno, entonces vine a tenerte... —Empujo sus labios contra los míos, besándome de manera cálida pero apasionada. De pronto toda el agua que mojaba mi cuerpo se evaporo con tan solo sentir su cuerpo arder junto al mío. Apenas pude colocar mis manos en sus hombros. Camino de reversa poniendo seguro a la puerta mientras continuaba con la dosis de besos ardientes. Quito su chaqueta y beso mi cuello con rapidez inmediatamente se desvistió frente a mí, después saco de su pantalón el sobrecito de aluminio y lo coloco en el lavabo. Me sujeto de la barbilla para abrirse paso y devorarme en beso. Enseguida jalo la cuerda de mi bata.