CAPITULO 24

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MARATON 4/5

  Deslizo sus manos por mi espalda hasta detenerlas en mi cintura, me hizo retroceder hasta pegarme a la pared, ahí, las caricias y besos no se hicieron esperar. Sentía desbordarme de pasión al sentir sus manos rozar mi piel.

— ¡Espera! —Dije con la voz agitada— alguien nos puede descubrir...
—Nadie nos vera. Todos están ocupados... —Murmuro jadeando mientras continuaba besando mi cuello hasta llegar a mi lóbulo mordiéndolo de manera erótica.
Lo dude un segundo, pero mi afrodita interna clamaba por pasión..., mas pasión, y me resultaba inevitable no complacerla.
De un momento a otro Suga estaba solo en bóxer en comparación a mí que solo tenía mi bata de baño cubriendo mi cadera.
Estaba contra la pared siendo devorada en besos por todo mi cuello bajando hasta mis pechos y con sus suaves labios, los mordía y los lamia mis pezones con exceso de frenesí.
Gemí. — ¿Quieres pasar a la cama? —Balbucee con excitación notoria.
—No... Ya no. —Respondió y tomo el condón e inmediatamente se lo coloco. Prosiguió tomándome de mis muslos para elevarme y cargar de mí. Me aferre a él sujetándolo con fuerza, enrollando mis piernas alrededor de su cintura para no resbalar, y así introducirse en mí. Me hizo soltar un gemido inevitablemente, aun al intentar contenerme.
Cada movimiento empleado estaba acompañado de delirante placer, que nos hacia desbordarnos de existáis
Suga daba suaves mordidas por mi cuello hasta llegar a mi lóbulo mientras continuaba moviéndose lentamente, incrementando poco a poco el ritmo de sus movimientos. Era delirante el placer que me producía. Hacía que todo mi interior se fundiera y en lugar de entrañas tenía en mi, murciélagos revoloteando de éxtasis. Me beso y movía su lengua dentro de mi boca de una manera que hacía de aquel beso una verdadera profesión. Así hasta ir incrementando los movimientos de él, haciéndome reclamar por más hasta quedarnos sin fuerzas.
Finalmente se terminamos los dos dentro de la tina de baño como dos sinvergüenzas enamorados.
—Ya te irás... ¿cierto? —Pregunte mientras me colocaba la bata.
— ¿Tan pronto quieres que me vaya?
—Que no ves, que estar aquí no es seguro.
—Ya lo sé... Bueno, pásame algo con que cubrirme. No querrás que salga así...
Intercambie la bata de Jin por la mía y se la arroje. No quería que Suga utilizara la bata de Jin, eso solo me hacia recordar que lo que hacíamos estaba mal.
—Mmh... Huele a ti. —Murmuro olfateando la bata mientras se la ponía— Es como si estuvieras sobre mi...
—Ahora largo... —Reí— tonto.
— ¡Oh! —Salió de la tina— Pero antes debo mostrarte algo que compre especialmente para ti. —Murmuro mientras se acercaba a mí y depositaba un último y suave beso sobre mis labios.
—Ohh... ¿tú compraste algo para mí?
—Así es... —Deslizaba su dedo índice por mi cuello hasta detenerse en mi pecho— Supongo que compraste algo para esta tarde, pero...

De pronto alguien gritando mi nombre nos exalto.
—Shh... —Coloque mi mano en sus labios para evitar que hablara y nos descubrieran.

— ¡Tn__! ¡Hermana! ¿Dónde estás?

Era la voz de mi hermana la que me llamaba. Se suponía que Suga había asegurado la puerta, y de pronto ella entraba como si nada. Temía por que nos descubriera aunque al menos a ella la podía hacer que guardara mi secreto, pero no era buena idea que se enterara de algo así. Además que no sabía cómo reaccionaría con una declaración de esa magnitud.
—Quédate aquí... —susurre— Intentare que hacer que se vaya rápido. No salgas hasta que no te lo diga. ¿Entendido?
Suga asintió Tome aire y Salí.

— ¿Por qué tanto escándalo? —Exclame abriendo la puerta del baño y saliendo por una estrecha apertura que hice evitando hacer notorio a Suga.
— ¡Tn__! —Grito eufórica— ¡Hermana! —Corrió a abrazarme— ¿¿en dónde diablos te metes?? ¿¿Por qué no me respondías??
—Estaba, en el baño. Pero dime ¿Qué haces aquí? Lo siento hermana pero tengo muchas cosas que hacer, te lo agradecería si regresaras en la tarde, cuando todos lleguen.
—Está bien "Señora ocupada" de todas formas te veré en la tarde...
—Sí, eso dije...
—Como sea. Entonces, nos vemos después...
—Por favor no lo tomes a mal.
—No lo hago. Entiendo que estés ocupada —Se acerco a despedirse y salió.
Suspire ante la tensión, y ordene a Suga salir. Esa vez no nos habían descubierto, pero más nos valía tener cuidado.
Suga se fue y yo me quede perturbada con la sensación de "¿Qué hubiera pasado si ella nos descubre?"
No obstante, me encontré más tranquila cuando Suga se marcho. Termine de arreglarme cuando en mi cama vi una caja que contenía un hermoso vestido blanco, con una nota que decía: "Esta tarde quiero ver un ángel" con la firma de Suga.
"¿Ángel? ¿Está loco? Yo seré todo, menos un ángel"
Saque el vestido de la caja para verlo mejor. Era un vestido un poco largo, media copa, elegante y con pedrería en color plata. Sin duda era un bello vestido, pero había un problema... Era blanco. Un color que jamás estuvo en mis favoritos. Además que Jin me había obsequiado un vestido que hacia juego con el traje que llevaría esa tarde, ¿Cómo les iba hacer ese desaire? Tal vez Suga lo comprendería, después de todo, sabe que a esas cosas a Jin lo vuelven loco.

MI PECADO FUE AMARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora