How Do You Feel?

I-Untitled

¿Como estas hoy?

¿Qué tal va tu día?

Sabes, es divertido cómo podemos sentirnos felices y cambiar al instante por una sola palabra, mirada o pequeña seña, me encanta como la vida logra preparar cada escenario para que puedas vivirlo como una nueva experiencia, todo está colocado ahí, esperando al más mínimo movimiento, cada estado de ánimo, todo cambia y gira y gira como si fuera a salir de repente.

Me llamo Román, esta es mi vida y quiero que te unas.

Viernes 3/03/17

Esta mañana salí lo más rápido posible, tome la fruta más cercana, mi suéter favorito y corrí fuera de casa, abrí la puerta que daba a la calle y caminé por todo el lugar hasta llegar a la parada de autobuses; puntual como siempre, degustaba mi manzana con esmero, mientras me colocaba los audífonos; el autobús llegó a las 6:00 am como de costumbre; subí y pagué mi pasaje, estaba solamente el aroma a químicos usados para limpiar, esté inundó mi nariz de golpe, decidí sentarme en un asiento cerca de la ventana, afuera hacía un clima frío, llovía ligeramente y las pequeñas gotas golpeaban el cristal mientras el autobús empezaba a subir la velocidad; empecé a bostezar, trataba de no dormir, pero "Crosses" de José González no me ayudaba en nada, al final mis párpados no pudieron más y caí en un profundo sueño.

Una sacudida me hizo despertar de golpe, giré mi cabeza y no logré observar nada, guíe mis ojos hacia la ventana, y nada, de nuevo, la lluvia no se había detenido, sino que había conseguido arreciar más fuerte cada vez. Me levanté de mi asiento y caminé hacia el conductor, éramos solo él y yo en ese autobús, bebía café en un enorme termo, se notaba porque el olor logró llegar hasta donde lo observaba, al verlo normal, me tranquilicé, regresé a mi asiento y antes de volver a conciliar el sueño, miré hacia el gran techo de lámina y comencé a pensar <<¿Debería escribir un testamento aun a temprana edad?>>, <<Nunca sabes cuándo puede ocurrir un accidente>> Era lo que me recordaba mi padre siempre, según había leído alguna vez, el 79% de los accidentes que pueden ocurrir desde los 10 hasta los 19 años de edad, y de ese 79% solo el 21% pueden llegar a provocar lesiones, aunque realmente solo el 7% podrían ser mortales, nunca sabrás realmente si te va a tocar a ti o al joven de la esquina, ni siquiera si es a tu vecino o compañero de cuarto, igual podría ser a tu mejor amigo, o a la persona que saludaste semanas atrás, la vida es enérgicamente impresionante todo está tan perfectamente conectado y con tanta simultaneidad ocurren hechos que fascinan; me concentraba en recordar que cosas tenia y a quien podría dejarlas, pero al segundo volví a caer rendido.

Escuché el freno del bus, paré la oreja y nada, el autobús espero unos segundos y volvió a arrancar, el suave ronroneo del motor me arrulló y volví a cerrar los ojos; al tercer frenado, decidí activarme, instintivamente solté un bufido, y me levanté de mi asiento, ya había hecho este viaje demasiadas veces y conocía con seguridad que al pasar dos frenados mi parada estaba enseguida, caminé hacia la puerta, agradecí al conductor por el viaje y puse mis pies en la tierra, observé con detenimiento el escenario que había frente a mí, una neblina tan espesa que me recordaba a las películas de terror y ese encantador aroma a tierra mojada que llenaba cada espacio de mi nariz y me enchinaba la piel, caminé sin temor mientras escrutaba el lugar con dedicación, entonces me di cuenta, mis ojos quedaron como platos al ver ese letrero, en efecto, había tomado un autobús incorrecto, eso explicaba él porque era el único en el bus, <<¡MALDICIÓN!>> sonó un enorme estallido en mi cabeza, ¿Recuerdan como la vida da esas vueltas de tuerca necesarias? pues esta es una de ellas aunque yo no lo sabía en ese momento, levanté mi muñeca derecha mientras localizaba mi reloj, aun con sueño pude observar detenidamente la hora, habían pasado exactamente 90 minutos desde que partí de la parada de autobús cercana a mi casa.