L-Life and Death

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Inquietante.
Fueron las palabras que describieron perfectamente aquella noche.
Sarah había roto a llorar, más no había agregado nada más, cayó rendida tras un rato cuando sus sollozos pudieron más que su corazón.
La recosté en mi cama, y yo me acosté a su lado, pensé en todo lo que probablemente pasaría en unas horas y lo que había pasado con anterioridad...
El tormento mental pudo conmigo.

16/Oct/19
La mañana aconteció con des apuro, fui el primero en despertarme, Sarah seguía acurrucada en mi pecho, sus lindos mechones plateados olían exquisito a pesar del transcurso de las horas.
Con cansancio alcance mi celular y divisé la hora, 10:00 a.m. y el clima seguía frío.
<<Los cambios repentinos eran mis favoritos... (¡Pero solo del clima estúpido universo!)>> Añadí en mi cabeza.
Empecé a rozar los mechones de Sarah con suavidad, tenía mucho tiempo que no estaba cerca de una chica y mucho más sin poder acariciar ese pelo.
La besé suavemente en la frente y me levanté de la cama.
Bajé y las personas encargadas de la limpieza continuaban recogiendo los restos de la ceremonia especial de la "Señorita" Colleman.
Sarah despertó, se arregló, me tomó de la mano y me llevó hacía la habitación de Bess.
Verla ahí, simplemente me rompió el corazón, estaba más delgada que de costumbre su tonalidad era sumamente pálida...
—¿Román eres tú? — Preguntó con quietud.
—Si Bess... Soy yo...
—Oh hijito... Tanto tiempo sin verte ¿A dónde es que fuiste?.
—No muy lejos Bess, no muy lejos... El punto es que ya estoy aquí—Concluí.
—Todos estamos aquí— Añadió Sarah señalando al Señor Goss el cual estaba sobre el regazo de Bess.
—¿Quiere algo en específico para desayunar? —Susurró Sarah al oído de su abuela.
—Huevos cocidos con un poco de café— Mencionó con tono cansado pero con una sonrisa en su rostro.

Salí con Sarah de la habitación, aún con mi corazón al revés.
—El doctor... Bueno... Mencionó que no sabía el origen de la enfermedad...
—Sarah... Puedes decírmelo en otra ocasión... Es más, no hay necesidad de contármelo...
—Quiero hacerlo.
—De acuerdo...
—Es prácticamente incurable, he entregado muestras de sangre a demasiados laboratorios en todo el país... Consultado médicos y médicos... El de cabecera simplemente dijo que le quedaban 2 meses de vida.
—No Sarah... ¡Eso no es justo! — Grité en las escaleras.
—Nada puede retrasar a la muerte y lo sabes Román.
—Lo sé... Sólo... Mierda.
—Me alegro que estés aquí, de verdad— Contestó mientras me abrazaba.
—Probablemente seas lo que necesite Bess en estos momentos—Añadió.

Y así en el transcurrir de los días actuamos con si fuéramos una especie de familia.
Desde el primer día desde que me enteré de la noticia de Bess no dejé de llevarle su desayuno, así como su cena, sabía que tenía que aprovecharla al máximo hasta que... Bueno... Pasará lo que tuviera que pasar.

27/Oct/19
Sarah me levantó temprano, quería mostrarme a lujo de detalle el observatorio, ella simplemente hacía menos "Oscuros" los días en Last home.
Pasamos por las estanterías de la biblioteca solo para subir a la estación, el poder del telescopio era enorme.
<<Sarah de verdad debería estar satisfecha>> Pensé al observarlo todo.
Mientras nos acercábamos a uno de los pedestales y degustábamos la belleza griega con la que los pilares habían sido moldeados, pude observar como la mezcla de culturas se transformaba con los pasos; parecía que Sarah no había perdido el tiempo, realmente había hecho un gran trabajo con este "Templo a sabiduría (?"
No lo sabía a ciencia cierta lo cual por obvias razones era algo irónico.
—Román.
—¿Si?, ¿Sarah?- Contesté.
—Te... Bueno... ¿Importaría?
—¿Si?
—¿Acompañarme al techo del observatorio?
—Claro, ¿Hay algún modo de salir de él
—En la arquitectura qué bueno... El papá de tu ex diseño, me dejó algunas rutas alternativas de emergencia, así como cuartos secretos que... Bueno yo pedí.
—Oh, esto se está tornando demasiado ocultista, ¿Vas a hacerme algo? —Pregunté riendo.
—Claro, planeo sacrificarte hoy en la noche— Contestó con lentitud.
—Vaya, con gusto aceptaré ser tu sacrificio.
—Estar aquí conmigo ¿Ya es uno no?
—Oye Sarah... No digas esas cosas.
—Perdón, es bueno... La costumbre— Musitó.
—Ven aquí— Contesté mientras la abrazaba.

How Do You Feel?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora