XVII- I Feel So Alone.

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Y ahí estaba yo, con una botella en la mano, sobre el techo de aquella enorme mansión, observando las pocas estrellas que había en aquel cielo nocturno, la cena había sido un éxito, pero yo, simplemente... no lograba organizar mis propias ideas, mi cabeza se sentía como si en cualquier momento fuer a explotar, solo dándole vueltas al asunto una vez tras otra, un fuerte dolor en mi pecho comenzaba a crecer, más seguía tomando de aquella hermosa botella, la cual probablemente sería mi única compañera aquella noche.

<<¿Dónde coño estas Katherine?>> Cuestioné a mi mente como si mágicamente me fuera a dar la respuesta; el viento soplaba con fuerza mientras yo... tristemente esperaba a que me derribara, sin dejar de mirar al cielo me preguntaba fuertemente sí... siquiera Kat me seguiría recordando.

Había pasado un año y aun así no lograba recordar la razón de su desaparición. <<Y si... ¿Había sido yo?>> El temor volvió a invadir mi mente, si todo este tiempo, yo fuera el que realmente lo hubiera arruinado. No importa, aunque así fuera, tenía que averiguar el porqué, no podía quedarme así, podría... podría... incluso recuperarla... si... eso... recuperarla.

Enseguida un enorme asalto a la razón me hizo despertar de aquel enorme despegue mental que había tenido, mire hacia abajo y por un pequeño momento pensé en lanzarme, ¿A quién podría importarle mi muerte aquel día?, además... por dentro... ya estaba técnicamente muerto... y ¿Todo para qu..

—¡Oye imbécil!, ¡Baja de ahí!, ¡No me hagas subir pequeño pedazo de mierda!

<<Oh demonios... esa voz de nuevo>>

Ahí estaba Sarah, mirándome con furia, no sabía que pensaba ganar con ello, no era una buena manera de "Ganarse al cliente".

—¡¿Quieres que lo diga una vez más?! —Gritó con fuerza.

—¡Deja de interrumpir mis pensamientos! —Contesté con casi la misma fuerza que ella.

—¡¿Pensamientos de qué?! ¡¿Piensas arrojarte idiota?!

—¡¿Y QUÉ SI LO PIENSO?! —Contesté aún más enojado ya que acababa de descubrir algo que había pensado por unos segundos.

—¡NO PIENSO LIMPIAR TU DESASTRE!

Al terminar salió corriendo rápidamente y yo pude volver a sentarme en aquel frio techo, la noche comenzaba a ser cada vez más fría, tomé un último trago de mi botella y entré por la ventana de nuevo, mi cabeza aun no paraba de dar vueltas, era la primera noche y ya había tenido problemas con la persona que, aunque no oficialmente... sí que estaba encargada de aquel lugar. Digamos que Bess si era la dueña, pero solo por nombre; la culpa entró a mi cuerpo y pensé que tal vez debía de disculparme, descendí rápidamente y ¡Boom! estaba justo enfrente mío, antes de que pudiera articular palabra alguna dijo:

—No digas ni hagas estupideces de las que te arrepentirás mañana.

Me acerqué lentamente, no sé si fue por instinto o por el alcohol que para esos momentos ya corría en mis venas, pero, así como así mis labios ya estaban sobre los suyos, aunque... no por demasiado tiempo ya que un fuerte empujón me hizo caer de bruces sobre la cama para poder finalizar con una fuerte cachetada.

—¡¿ERES IDIOTA O QUE?! —Volvió a gritar.

<<A pesar de que estaba molesta se veía tan linda...>> Pensé.

—Perdón de verdad, no sé qué es lo que pensaba, además estoy un poco ebrio... y.... y.... — Y patéticamente comencé a llorar, creo que no lo hubiera hecho si no hubiera sido por el mismísimo alcohol, pero los nervios, la angustia de no volver a ver a Kat, el dolor en mi corazón por la despedida de Maven, todo se juntó y de alguna u otra manera los sentimientos tenían que salir, aunque... realmente no esperaba que de una manera tan estúpida.

Para mi fortuna, Sarah no parecía la clase de chica que te dejan tirado, se acercó lentamente, aún a la defensiva por lo ocurrido anteriormente, se sentó junto a mí y puso mi cabeza junto a su pecho, acarició lentamente mi pelo y comenzó a hablar.

—Vamos... suéltalo—Dijo entre susurros. —Puedes confiar en mi Román, no te juzgaré de ninguna manera, para hacerte sentir en confianza me sincerare contigo... Esto... Nunca había dado mi primer beso.

<<Oh mierda>>Dije para mis adentros<<Eres un maldito hijo de puta>>.

—Lo-Lo-Lo lamento tanto de verdad—Mencioné con la respiración entre cortada.

—No... No te preocupes por ello, ¿En algún momento debía de pasar no?, Deberías perdonarme a mí por tremendo golpe que te di.

—Eso... bueno... ya sabes que me lo merecía—Comencé. —Además, aunque esté ebrio no es manera para justificarlo, así que nuevamente perdón.

—Bueno, bueno, deja de hablar de mí y comienza a hablar sobre lo que te pasa.

Y así fue, pasé la noche entera contándole a aquella perfecta desconocida a la cual había hace unos pocos segundos robado su primer beso, empecé desde donde recordaba desde aquella hermosa e improbable mañana en la que por primera vez había visto a Katherine, le dije detalladamente cada aspecto de ella, desde su maraña castaña-rojiza hasta aquellos hermosos labios y preciosos ojos ocultos tras aquella impresionantes y sexys gafas, de como por azares del destino logramos coincidir en aquel concierto y que a pesar de tantas cosas aquel número de teléfono nos había hecho y programado miles de citas más, después le conté todo aquello de nuestra corta pero a la vez larga historia juntos, continué sobre nuestra primer intimidad, de lo cerca que estaban nuestros cuerpos, mencioné de cómo una simple mañana aquel sentimiento se había esfumado mientras que un enorme vació comenzaba irónicamente a llenar mi pecho y era como si el universo se burlara de mi... enviándome a una persona a la cual no conocía y que por mi estupidez había lastimado y perdido, si tan solo fuera tan fácil lograr controlar los sentimientos y saber que sentir y decir en cada lugar, posteriormente y con la creciente advertencia de que aquella historia se tornaría cada vez más rara comencé a relatar la serie de acontecimientos que me hicieron llegar hasta aquella mansión, sobre los sueños que tenía sobre ella, de toda una enorme investigación sobre posibles paraderos y sobre todo de aquella enorme frustración que me perseguía día con día sobre el porqué de aquella horripilante ruptura, era como una enorme tortura diaria y para finalizar solté aquella cuestión con Maven de muchas horas atrás para cerrar con el momento que estábamos viviendo recién.

—Estoy harto de herir a los demás—Susurré en su oído mientras caía dormido...

—Prometo ayudarte a sanar Román... y sobre todo no dejar que te acerques a esa zorra pelirroja de nuevo.


How Do You Feel?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora