XXXVI-Waist of Time.

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<<Vaya... Pleno sábado... Y haciendo el idiota fuera de un consultorio cuándo podría seguir dormido en casa... La cagaste Román, realmente la cagaste>>.
Entré con molestia, simplemente no me gustaban los psicólogos y era así, sentía que no servían para nada; Yo podía resolverlo sólo, sin embargo venía bajo el mandato de Sarah y por supuesto Glüksmann.
—Buenos Días...— Mencioné al entrar.
—Buenos días, ¿Es usted el señor Román? —Sonó una voz un tanto cansada del otro lado de la puerta.
—En efecto, ese soy yo... Usted es...—Pregunté aún sin desvelar la identidad de la persona que me evaluaría mentalmente.
—Mi nombre es Génesis, soy la psicóloga en cargo— Contestó.
—Hola Génesis— Al abrir la puerta que daba a su despacho (El cual era una especie de sala) quedé intrigado con el enorme parecido que tenía con Katherine; era como una versión mayor de ella y con un cabello 100% pelirrojo, un poco más voluptuosa (Aunque debería ser su edad).
—Vaya...— Se me escapo decir.
—¿Pasa algo Román?— Pregunto al ver que seguía en el umbral.
—No, es solo que me recuerda a...— Me detuve por un momento —Una vieja amiga— Terminé.
—Oh, bueno, ¿Podemos comenzar?— Cortó rápidamente.
—Cuando guste— Me límite a decir.
—De acuerdo, toma asiento por favor.
—Gracias Señorita Génesis.
—Que caballeroso eres Román— Me escrutó por un momento y prosiguió —Antes de comenzar, repíteme ¿Cuál es tu edad? Y ¿Por qué crees que estés aquí?
—Bueno, tengo 18 años y estoy aquí por recomendación de mi médico particular y obligación de parte de quién paga estás sesiones— Dije fríamente.
—Oh bueno, sí, sí, he visto tu caso, ¿Sabes es algo raro?, Ya que esto no se da muchas veces, pero bueno, cuéntame... ¿Recuerdas algo sobre tu accidente?— Preguntó.
—Para nada Gene— Volví a cortar.
—De acuerdo... ¿Qué tal estás del dolor en tu cuerpo?
—Muchísimo mejor desde que me he puesto en movimiento.
—¡Eso es excelente Román!— Comenzó —Mira, quiero proponerte un reto.
—Oh, ¿De verdad?—La interrumpí.
—Claro, ¿Estás listo?, Porque... Yo te veo listo— Prosiguió.
—Si, si, puedo con lo que sea— Contesté con desespero.
—Hmm no noto una buena actitud en ti muchacho, ¿Hay algo que te inquiete?— Mencionó mientras arqueaba una ceja.
—No quiero estar aquí perdiendo el tiempo, no necesito, y sin ánimos de ofender, me parecen tontas las sesiones de psicología, ¡Estoy bien!— Levanté la voz espontáneamente.
—Veamos si eso es verdad— Mencionó lentamente mientras encendía el monitor.
Mis ojos se dirigieron hacia el cómo los insectos a la luz, y de pronto mi rostro cambio de tonalidad... Era aquel vídeo que había mencionado Sarah.
<<Vaya Román... Sí que trataste de saltar>>.
—No... No... ¿Tienes algo donde pueda vomitar?— Mencioné mientras arqueaba mi tráquea en señal de que soltaría todo lo que llevaba en mi interior.
—No, ahora resistes— Soltó.
—¿Qué clase de psicóloga de mierda es usted?— Golpeé con mi voz.
—La mejor de la ciudad señor Román— Es hora de empezar al 100 con su tratamiento.
—¡Creí que empezaríamos el martes!— Grité.
—Oh no,no,no, su caso es muy grave, pediré un retiro de un fin de semana con usted, resolveremos este problema de raíz—Cortó.
<<Vaya problema que tengo ahora...>>.
Génesis me quito mi teléfono y después de hablar largamente con Sarah quedó en que debía de quedarme el resto del fin de semana con ella.
Y... A pesar de que no me agradaba la idea, si lograba resolver lo que aquejaba y podría destruir mi mente cuanto antes... Mejor.
—Muy bien Román... Ya escuchaste a la chica, ahora ve arriba, date un baño caliente y relájate, hablaremos en un rato— Mencionó suavemente.
<<De verdad odio a los psicólogos>>.
Terminé mi ducha, me vi en el espejo y comencé a respirar lentamente; las ideas en mi mente pasaban volando, todo era un enorme revoltijo pero no tan grande como mi mata de cabello.
Bajé las escaleras, Génesis me esperaba con un plato lleno de diversas frutas, pidió que me sentará en sofá.
—Muy bien Román es hora de comenzar— Empezó.
—Soy todo oídos— Contesté relajado.
—De acuerdo, ¿Sentiste algo al ver el vídeo?— Preguntó.
—¿Además de las Náuseas?— Comenté sarcásticamente.
—Claro, ¿No sentiste nada más?
—Nope, ¿Qué se supone que deba sentir?—Pregunté.
—Una breve conexión neuronal a tus recuerdos de ese día.
—No, no sentí absolutamente, ¿Lo ve?, Es todo una pérdida de tiempo— Comenté de golpe.
—Cuéntame todo, desde el principio— Prosiguió ignorando por completo mi comentario.
—Aquí vamos...— Dicho esto narre aquella maravillosa historia (Que por cierto aún no había contado a Sarah).
Empecé comentando el hecho de haber visto a aquella vieja amiga, de cómo escribí una carta para ella y bajar de la misma manera del tren.
—Enseguida me senté en la banca y observé cómo ella bajaba— Proseguía contándolo todo frenéticamente.
—Oh... Todo fue tan rápido Génesis, quería... Quería... Quería... De verdad ir a hablarle, pero no reuní el valor, Sarah me marcó y pasaron muchas cosas por mi cabeza... Después se sintió como si todo se hubiera detenido de golpe.... Y en mi corazón ya no... Ya no había esperanza... Ella se había subido al taxi he ido, probablemente... Para siempre— Comenté melancólicamente.
—Vaya... Qué dramático— Susurró.
—¿Sabe que la puedo escuchar no es así?— Mencioné mientras le lanzaba una mirada de odio.
—Si y yo puedo ver todas esas lágrimas en tu rostro, ¿Ahí acaban tus recuerdos?— Preguntó.
—Si...
—Muy bien Román, lo hiciste bien, ahora relájate, no quiero recoger vómitos el día de hoy— Comentó feliz.
—¿Ya me puedo retirar?—
—De la estancia si, del lugar no— Dijo mientras se dirigía a la cocina.
Me quedé aún en el sofá comiendo un poco de frutas mientras veía un rato televisión.
Génesis preparo la cena tiempo más tarde, al comer fue algo raro ya que no pronunció palabra alguna, en cambio yo agradecí por los alimentos y me retiré hacía la que ella había indicado era mi estancia.
Me recosté tranquilamente, la cama era muy confortable, mire hacía el techo y sorprendentemente con solo cerrar los ojos caí dormido.
Las imágenes se movían frenéticamente, mi cabeza ardía y simplemente no podía dejar de mirar hacia todos lados.
<<¿Y si no la vuelves a ver en tu vida?>>
<<¿Y si no la vuelves a ver en tu vida?>>
<<¡¿Y si no la vuelves a ver en tu vida?!>> Una voz gritaba en mi cabeza.
<<¿Y SI NO LA VUELVES A VER EN TU VIDA?>> Aumentaba el volumen de sus gritos.
<<¡¿Y SI NO LA VUELVES A VER EN TU VIDA?!>> GRITABA SIN MAS.
Hasta que por sí sola se silenció, me moví frenéticamente hacía las vías del tren observé un momento, cerré los ojos y me preparé para saltar.
Una mano me sujeto y me jaló hacia atrás, caí de bruces y pude ver a Katherine su sonrisa deslumbrante me cegó, rápidamente está misma se borró y la imagen se tornó en un tono demasiado grotesco.
—¡NO ME VOLVERAS A VER!— Comenzó a gritar esta especie de Katherine.
—¡¡NO ME VOLVERAS A VER JAMÁS INÚTIL!!— Gritaba mientras me sacudía.
Estaba completamente inmovilizado por el miedo.
—¡JAMÁS!— Dicho esto comenzó a reír y la imágen se desvaneció.
Enseguida mi cabeza volvió a pitar todo mi ser ardía, ardía con poder aquella imagen de Katherine se escurrió en todo mi ser y se sentía como si me estuviera tragando.
—Basta—Le mencioné.
—¡Basta!— Comencé a gritar.
<<Detenté Katherine por favor>> Suplicaba mi mente.
—¡BASTA!— GRITÉ CON TODAS MIS FUERZAS.
—¡Román!— Gritaba alguien mientras me sacudía.
—¡Román levántate maldita sea!— Continuaba esa voz.
Recuperé la consciencia de golpe y me senté en un rincón del cuarto, instantáneamente comencé a llorar.
—Shhh... shhhh está bien— Susurraba Génesis a mis espaldas.
Podía sentir su calor estaba demasiado cerca de mí, al ver que me había comenzado a tranquilizar decidió separarse fue por un vaso de agua y me pidió que durmiera tranquilamente.
<<Si tan solo pudiera>> Pensé.
No me preguntó la razón de aquella pesadilla y eso estaba bien, ahora no quedaba nada más que dormir. Por fortuna me había regresado mi celular

<<Vaya... 3:00 a.m.... debes descansar Román, debes descansar>> Tras ese pensamiento y ya recostado, pude volver a conciliar el sueño.

How Do You Feel?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora