Capitulo 47

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Mientras Ana había llegado a su casa después de trabajar tirando la puerta y se encontró con Esther en la sala.

--Me puedes explicar ¿porque le diste la Dirección de donde me encontraba a Giancarlo? mamá dijo en tono indiferente.

--Yo creí que seria lo mejor que se diera cuenta que tienes novio y así te dejaría de molestar ¿acaso no es lo tu quieres? Ana.

--Claro, que es lo que quiero pero gracias a lo que hiciste llego al bar y me hizo un escandalo Eduardo se dio cuenta y se enojó conmigo -- Contesto Ana preocupada

--lo siento. no sabia que ese tipo se iba a comportar así.como de ve que no ha cambiado en nada --

Ana se sentó en el sofá dejo caer su bolso y sonó el celular ella rápidamente lo contesto era Eduardo quien la llamaba.

-Alo! Eduardo ¿como estas?- contesto emocionada Ana

--Muy bien Ana solo que quiero hablar contigo de lo que paso anoche así que arreglate y pasó por ti -- contesto Eduardo en tono serio luego colgó la llamada.

En el aeropuerto de la ciudad venia llegando un avión y entre los pasajeros que se venían bajando estaba Leonardo que se había ausentado del país muchos años por andar en viajes y negocios mas que todo para olvidarse de Ana.

--¡que increíble! por fin regresamos, ya me había cansado de no tener un lugar fijo para vivir -Dijo Cecilia abrazando a Leonardo de manera efusiva y él sonrió mientras se quitaba del abrazo de ella.

--Espero que estos años te hayan servido hijo y no intentes volver a hacer más tonterías suficiente los escándalos y las pérdidas millonarias que hos temido gracias a tus tonterías. --Dijo en tono seco Don Manuel.

--No te metas en mis asuntos papá que yo no me meto cuando buscas jovencitas para pasar el rato --contesto molestó Leonardo mientras se ponía sus lentes negros.

Giancarlo estaba en un bar tomando una copa de vino pensando que hacer con su vida y se acerco una mujer muy hermosa blanca de cabello rubio cenizo ,ojos claros almendrados,labios gruesos y boca grande,nariz pequeña.

--hola! de casualidad tienes un encendedor --sonrio ella muy alegre.

--No. no fumo lo siento por no ayudarte --sonrio amablemente

--Sabes es la primera vez que me acerco a hablar con una chico en un bar en toda mi vida - volvio a sonreír con fuerza, echando su cabeza para atrás.

--¿Te estoy molestando?, ¿quieres que me vaya? -se puso preocupada

--En absoluto, ¿por qué? - respondió él intrigado.

--Espero no haber sido pesada ni haberte quitado mucho tiempo--

--No, no te preocupes. No me has molestado al contrario ,no todos los dias una mujer hermosa se acerca a hablar con uno por un encendedor --contesto afirmando que era una excusa para hablar con el.

--yo se que al a salir por esa puerta nunca más te voy a ver porque el destino no existe. Me ha gustado hablar contigo. Más de lo que sé expresar. No creo. que haya estado muy brillante, Me preguntaba si me darías tu teléfono. Me gustaría conversar delante de un café sin ruidos.--menciono ella que lo veía fijamente.

--No. creo que sea buena idea, me parece que deberíamos dejarlo así, sin saber siquiera nuestros nombres, como una anécdota de un viernes para recordar -le aseguro mientras ella le tomaba la mano y metía un trozo de papel en el bolsillo trasero de su pantalón. Le dio un beso en la mejilla, cerca de la comisura, luego se fue lentamente.

Entro Ana con Eduardo y pidieron una mesa vio todo el lugar hasta que la vista se centro en una mesa en especifico vio a Giancarlo y como la chica coqueteaba con él así como el beso que ella le había dado inmediatamente se molesto y trato de disimular en eso hablo Eduardo buscando su atención.

--Me puedes explicar ¿Que es lo que tuviste con Giancarlo? el tipo de la vez pasada --Dijo Eduardo cruzando sus brazos.

--yo tuve una relación con él, cuando fui novia de Leonardo y a raíz de eso. Leonardo me hizo la vida imposible por haber lo engañado y se que tenia razón pero no para herirme como lo hizo me pegó y humilló todo el tiempo que estuve casada con él.--

-- siempre creí que te habías enamorado de Leonardo no sabia que te había tratado así .
No me imagine que  había sido tan malo contigo pero ¿te enamoraste? del otro --enfatizó.

--Si me enamore de él. pero no resulto bien el me dejo cuando embarazo a su ex-novia y después te conocí a ti-- Contestó Ana poniéndose nerviosa.

--¿Todavía lo amas? ¿Qué significo yo en tu vida?-- preguntó Eduardo, mientras Ana evitaba su mirada.

--Por supuesto que no...han pasado muchos años desde eso, además estoy contigo, ¿no es así?-- luego se sintió incómoda.

--Bueno, creo que si estás conmigo es porque sientes algo por mí y eso es suficiente para mí.-- Eduardo sonrió.

--¿Me permites un momento? Iré al baño y regreso.-- luego Ana se fue,y se dirigio a la mesa de Giancarlo.

Tomó un sorbo de su trago y sonrió después de que la chica se fue, pero su expresión cambió al ver repentinamente a Ana y se sorprendió.

--¡Qué feliz estás! Me imagino que es por esa chica, ¿no? Ayer me dijiste que me amabas y hoy coqueteas con alguien más. Tu amor es falso-- dijo de manera burlona.

--A ver, ¿qué te pasa? ¿Por qué me reclamas? Te recuerdo que ayer te dije que te amaba y tú, ¿qué hiciste? Quedarte callada y restregarme que tienes noio. Me quedé como un imbécil. Y si hablamos de algo falso, puedes poner tu amor hacia mí en la lista --contestó con desdén.

--Me arrepiento de todo lo que te di. Eres igual o peor que Leonardo, y si tienes razón, soy muy feliz con mi novio .

--Ahora soy yo quien dice que me dejes en paz, ¿quieres? --Giancarlo tomó un sorbo de su trago, sacó dinero de su billetera y pagó la cuenta. Luego la vio mal y se fue del bar, pero Ana lo siguió.

--¡Contéstame, no huyas! Eso es lo que acostumbras hacer --le gritó Ana furiosa.

--No estoy huyendo, jamás lo he hecho, pero estás celosa por esa chica y la verdad, yo no te entiendo y no te quiero entender. Me cansé de rogarte y te pido perdón por haberte dejado, por dejar a mi hija en su momento. Creí que era lo mejor, pero me equivoqué --luego caminó hacia ella.

--Déjame, no te acerques --le ordenó apartándolo con un empujón.

--Esa chica la acabo de conocer. No la buscaré, no me gustan las cosas fáciles, ¿recuerdas? --respondió Giancarlo en un tono dulce, acercándola a él. Los dos se miraron.

Ana se sintió abrumada por la situación y experimentó un fuerte impulso de abrir su corazón y confesarle a Giancarlo que aún lo amaba. Además, ardía en deseos de probar sus labios y sentia cómo su deseo la consumía desde adentro.

Giancarlo, al tomar el rostro de Ana en sus manos, notó el amor en sus ojos y no entendía por qué ella insistía en ocultarlo. La tentación de tocar sus labios y besarla apasionadamente hasta quedarse sin aliento se apoderó de él. Sin poder resistirse, se inclinó cerrando los ojos y la besó con dulzura y suavidad, como si fuera la primera vez.

En la casa de la madre de Giancarlo, Natalia y Constanza estaban teniendo una discusión seria. Natalia estaba indignada por el hecho de que a Giancarlo no pareciera importarle en lo más mínimo. Había estado ausente durante días y ellas sabían exactamente a dónde había ido.

Constanza, mientras miraba televisión, comprendía perfectamente a Natalia y le aconsejó que hablara con él. Sin embargo, Constanza también reveló su propia frustración, mencionando que había intentado hablar con Giancarlo pero le era imposible, ya que él no permitía que le dijera nada.

Decidida a resolver la situación de una vez por todas, Natalia se sentó en el sillón y cruzó los brazos. Estaba lista para enfrentar la conversación difícil que tenía pendiente con Giancarlo.

Dejarlo Todo Por Tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora