capitulo 11

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Ana y Leonardo compartieron un breve pero intenso momento en el ascensor. Un beso robado que dejó a Ana sorprendida y con el corazón acelerado. Aunque la pasión por su novio seguía ardiendo en su interior, algo la perturbaba, impidiéndole disfrutar plenamente del momento como antes.

---- Ana, me encantas. Dime qué amas.--- susurró Leonardo, con una mirada intensa que reflejaba su anhelo por descubrir los sentimientos más profundos de ella.

---- Dímelo, quiero escucharlo de tus labios-- declaró Leonardo con voz entrecortada por la pasión, llevando su deseo a un nivel irresistible.

--- Leonardo, ¿qué te sucede? --- se sorprendió Ana, sus ojos reflejando confusión y un atisbo de temor mientras él comenzaba a besarle el cuello, envuelto en una mezcla de pasión y misterio.

--- Tú eres solo mía, Ana --- mencionó Leonardo, agarrando su rostro con sus manos.

Ana se puso nerviosa y lo apartó, dándole un beso.

Luego, inesperadamente, él detuvo el ascensor. ---¿Qué estás haciendo? Tu papá nos está esperando --- dijo Ana con voz temerosa, sorprendida por la actitud de Leonardo.

Raramente había visto a Leonardo de esa manera.

---Siempre hay tiempo para todo. Quiero tenerte y nadie me va a quitar ese placer --- susurró, con una sonrisa que dejaba entrever su deseo.

Ana se apartó de él, sintiéndose incómoda y vulnerable. No quería ceder a sus deseos.

---No debemos hacer esto aquí. No es apropiado y es peligroso. --- respondió ella, tratando de evitar su mirada, mientras Leonardo la arrinconaba contra la fría pared del ascensor.

---Pero, ¿cómo puedes decir eso? Sabes que nos encanta experimentar, vivir el momento al límite --- insistió él, mientras sus manos subían por el vestido de Ana.

Leonardo y Ana se encontraban en un momento íntimo y apasionado. en el ascensor.
Leonardo acariciaba el cuerpo de Ana con ternura mientras se despojaba de su pantalón. Luego, con cuidado, la levantó en sus brazos y comenzaron a moverse juntos en un ritmo que palpaba la conexión profunda que existía entre ellos.

Ana, con sus brazos rodeando el cuello de Leonardo, dejaba escapar pequeños gemidos de placer. A pesar de ello, un sentimiento de culpa se apoderaba de ella, recordándole que Leonardo era su novio, pero que Giancarlo despertaba en ella un amor profundo y complicado.

En medio de aquel encuentro, Ana se planteaba preguntas en su mente. ¿Qué significaba todo esto? ¿Cómo lidiar con los sentimientos encontrados que se agitaban en su corazón? Su placer aumentaba y su dilema se hacía más intenso.

Después de haber culminado su acto, Leonardo subió su cremallera y Ana ajustó su vestido. Justo en ese momento, Leonardo presionó el botón del elevador para que continuara subiendo. En menos de un minuto, las puertas del ascensor se abrieron en el piso veintidós, revelando a Don José. Las expresiones sorprendidas en los rostros de Leonardo y Ana no pasaron desapercibidas.

--- Bueno, Leonardo, ya estaba a punto de irme. Te has tomado tu tiempo. --- gruñó molesto, observándolos perplejo por su apariencia desarreglada.

----Tranquilízate, papá. Nos hemos demorado un poco, eso es todo. Permíteme presentarte a Ana Josselyn Rivera Nieto, mi padre, José Ignacio Almazán Rubió.----

Dejarlo Todo Por Tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora