Dejarlo Todo Por Tu Amor

Capitulo 9

Ana salió apresuradamente, con el corazón acelerado. Alcanzó el estacionamiento y buscó frenéticamente las llaves de su auto. Al abrirlo, se acomodó dentro, lista para emprender el viaje. Sus pensamientos revoloteaban en su mente, rememorando lo ocurrido momentos antes. Giancarlo tenía una expresión embelesada, acariciando suavemente sus labios.

Horas después, Ana se encontraba en un animado bar junto a su amiga Sofía.

---- ¿Es cierto lo que me cuentas? ----- preguntó Sofía, con una mirada llena de curiosidad.

---¡Sí, es guapísimo y solo ha tenido una novia! por 10 años. ¡Es un hombre increíble! ---- exclamó Sofía, elevando su vaso mientras la vibrante música de rock en español llenaba el ambiente.

------ Sí, lo es. Es alguien bastante peculiar, supongo. Extremadamente soñador y romántico. Nunca antes había conocido a una persona así.------ respondió Ana, con una expresión pensativa y nostálgica.

---- ¡Vaya! Si tú no lo quieres, ¡déjamelo a mí! ---replicó Sofía, con una sonrisa pícara y juguetona, provocando que Ana frunciera el ceño con un toque de molestia.

---- Ni siquiera sé cómo fue que permití que Giancarlo me besara. ---- suspiró mientras tomaba un sorbo de su tequila y arrugaba la frente, visiblemente incómoda.

----¡Observa! Él carece de experiencia y seguramente se ha aburrido de su novia. Ahora busca tener una aventura contigo ---- comentó Sofía, coqueteando con un chico que se encontraba en la barra, con una voz cargada de insinuación y sensualidad.

--- No lo creo. Es un hombre tan serio y demasiado correcto para dejarse tentarse por esos juegos.--- Ana suspiro profundamente,su mirada era distinte.

---Si tan solo pudieras verlo, Sofía. Cuando estamos juntos, sus ojos me atrapan como si fueran imanes magnéticos y su sonrisa cautivadora me hace perder el aliento. Y cuando habla, su voz varonil y grave es como una seductora melodía que recorre mi cuerpo, erizando mi piel sin siquiera tocarme.
Pero no puedo permitirme dejarme llevar por estos abrumadores sentimientos. No puedo arriesgarlo todo por esta conexión tan intensa que nos une. Sí, es cierto que besa increíblemente bien, pero tengo que ser fuerte y resistirme a su encanto.
No puedo ceder ante la tentación, por más que mi corazón y mi alma clamen por entregarme a él por completo.

Sofía la miraba con una mezcla de incredulidad y complicidad.
- Bueno, si realmente se gustan, ¿cuál es el problema? ¡Aprovecha el momento! Pero ten cuidado de que Leonardo no se entere. Por favor, Ana, como si no te hubieras besado con otros antes.

-- Ay, Sofía, es que esta vez es diferente y ese es mi mayor temor. Nunca me he permitido rendirme ante mis sentimientos. Siempre he dejado que la pasión me guíe, pero siempre ha sido algo fugaz. Sin embargo, con Giancarlo, no quiero que sea así. Él está interfiriendo en mis planes con Leonardo. ¿Será mejor olvidar lo que sucedió? ¿Por qué arriesgar todo lo que ya tengo? Estoy tan cerca de alcanzar todo lo que he soñado. -- respondió Ana, con el corazón en la mano, intentando pensar con claridad y actuando con la frialdad que la caracterizaba, mientras se servía otro tequila para ahogar sus dudas.

-- Tú decides, amiga. Solo te pido que tengas cuidado y no te enamores de ese doctor que ya conoces. Sabes que quien se enamora, a menudo termina perdiendo. -- contestó Sofía, con un tono de preocupación, mientras se dirigía a bailar con el chico que había captado su atención. Ana suspiró, sintiéndose llena de incertidumbre y confusión, con el peso de la decisión sobre sus hombros.