Capítulo 15.

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—DESCANSA TU ALMA EN MI CUERPO.




Abro automático la boca cuando sus labios tocan los míos. Con sus manos tomando mi rostro, me obliga a ladear la cabeza para tener un mejor acceso a mi cavidad. Llevo mis manos a su franela y estrujo la tela con fuerza cuando él mete su lengua a mi boca y comienza a jugar con la mía. Aprieto mis piernas a cada lado de su cuerpo y me meneo para estar más cómoda sobre su regazo.

De pronto, unas ganas de llorar me invaden y las controlo mordiendo con fuerza su labio inferior. Él suelta mi rostro para bajar sus manos a mi cintura. Agarro su nuca y lo atraigo más a mí. Él sube una mano a mi coronilla y aprieta mis cabellos.

A continuación, cojo sus cabellos para alejarlo de mí. Abro los ojos con la respiración agitada y una mirada confundida.

—Confía en mí —Me pide él mirándome con intensidad— Yo... —Suelta una respiración profunda— prometo no dejarte caer.

Paso mi mirada de uno de sus ojos al otro. Tomo una respiración para luego soltarla. Me alejo de su rostro, alzo la cabeza y restriego con fuerza mi sucio rostro.

Quedo mirando el techo de la camioneta como si fuera lo más interesante del mundo. Ivanov se queda tranquilo, de seguro, mirando cada uno de mis movimientos.

—Tengo sueño —Susurro—. Quiero drogarme.

Cierro los ojos con lentitud intentando controlar los latidos de mi corazón. Mi mente está en blanco, ningún pensamiento pasa por mi cabeza y sólo siento los latidos de mi corazón perforar mi consciencia. Cada retumbar comienza a dejarme más tranquila, como si los conteos que le sigo al órgano, son conteos de oveja.

Bajo la cabeza, abro los ojos y miro cómo Ivanov me está observando con firmeza, sin perderse ni uno de mis gestos.

—Descansa tu alma en mi cuerpo, Anabelle —Murmura él—. Apóyate en mí.

Paso mi lengua por los labios para después recostar mi cabeza en su pecho, acercándome más a él, acurrándome en su cuerpo y cerrando mis ojos. Una de sus manos va a tomar el volante y la otra (supongo) hacia el selector de cambios.

El auto comienza a moverse de nuevo. Siento la mano Ivanov en la parte baja mi espalda, dándome calma.

Estoy comenzando a caer de nuevo y no quiero que eso suceda.

Se supone que fuimos para la farmacia a comprar mis pastillas; pero lo que obtuvimos fueron dos muertes y una persona herida.

Todo está mal, está yéndose por un camino que desde hace rato he estado huyendo y en vez de alejarme para no caer por completo en el hoyo, mi cuerpo se mantiene aferrado a ese sitio. A mi mente le emociona todo lo que ha estado ocurriendo. Todos los factores por los que he estado pasando estimulan mi cerebro a querer permanecer en el sitio donde las incentivaciones se llevaban a cabo.

Mi alma y espíritu me gritaban con fuerza que me aleje de allí.

Hago muecas para estirar la piel en mi rostro y varias partes se sienten como si están craqueándose. Seguro por la sangre seca.

¿De verdad iríamos a una comisaría con esas fachas? Cualquiera que nos mire sacaría la conclusión que matamos a alguien. Y no estarían equivocados. Literalmente le volé la cabeza a una mujer.

— ¿Qué pasó con el chico que atacó a Olexei? —Susurro la pregunta.

—Lo degolló —Responde él.

The Perfect Combination. (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora