NUEVO DEMENTE.
Mi reacción hacia Olexei es tan exagerada por la expresión de su rostro.
Está totalmente ido.
Me quedo estática en mi asiento.
Él escanea la habitación con lentitud, antes de entrar por completo en ella. Los dedos de mis pies se mueven con disimulo.
Puedo notar marcas de rasguños y mordidas en sus brazos, hombros y espalda. Se mueve al baño y camina solo unos cuántos pasos dentro.
Algo lo hace detenerse. Veo cómo los músculos de su espalda se agitan. Y su cabeza se ladea.
Quiero ver cómo es su semblante para saber con qué podría salir y así estar preparada. Sin embargo, eso no es posible.
Estoy nerviosa. Y no sé qué se debe, puesto que no tengo que rendirle cuenta a nadie.
Pero lo que dice a continuación, me hace fruncir el ceño:
—Huele a sexo.
Su murmullo a pesar de que fue bajo, se escuchó por todo el sitio. Observo como los dedos de sus manos comienzan a moverse con ansiedad.
De repente voltea y fija su vista en mí. Demasiado penetrante.
Me aseguro de que mi expresión no cambie ni un segundo. No puedo permitir que vea la reacción que produce él en mí.
—Ven aquí —Una sonrisa lenta se forma en sus labios.
Mierda.
Alzo una ceja y le mantengo la mirada. No muevo ni un músculo para levantarme.
No es suficiente con estar demente, ahora al parecer está ciego. ¿Cómo pretende él que me levante teniendo mis tobillos totalmente destrozados?
—Ah, —Exclama él y su sonrisa se hace más extensa— verdad que te dejé sin poder caminar.
Me muerdo la lengua para retener las emociones. Volteo la cabeza soltando un suspiro fastidiado.
Puedo escuchar como sale del baño.
Se detiene frente a mí. Su vientre casi pega en mi nariz. Huele a jabón.
Su mano acaricia con demasiada intimidad la estructura de mi oreja izquierda, bajando por mi barbilla y subiendo de nuevo a mi oreja.
Subo la mirada y él ya me está observando con sumo cuidado.
—Me gustas mucho —Susurra él— Sobre todo tu voluntad. Quiero destruir eso.
Su otra mano comienza acariciar también mi rostro. Baja a mis labios y con cuidado los abre para ingresar dos de sus dedos. Su ceño crispa. Se muerde un labio mientras mete y saca sus dedos de mi boca.
Saliva cae por las esquinas de mi cavidad, bajando por mi cuello. Él se arrodilla frente a mí, su rostro quedando casi a la altura del mío. Desciende un poco su cabeza y presiona su frente con la mía, mientras sus dedos siguen trabajando en mi boca. Su cuerpo se mete entre mis piernas.
Toma mi barbilla para mantener la posición de mi cabeza. Saca sus dedos llenos de líquido y no me da tiempo de nada cuando sus labios presionan contra los míos.
Ninguno de los dos cierra los ojos; sin embargo es la hora de que mi ceño se contraiga cuando su lengua explora cada rincón de mi boca.
Sus manos toman con suavidad cada uno de mis pechos. Los masajea con cuidado, tomando su tiempo para palpar y apretar.
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The Perfect Combination. (EDITANDO)
ActionEn alguna parte de Rusia habitan un grupo de chicos un tanto peculiares: adictos a las fiestas, drogas y sexo; viven cada día al máximo a la vez que muestran una vida universitaria bastante normal. Para Anabelle, su urbanización de residencia no es...