Capítulo 32.

16.8K 680 9
                                    

Pov Ivanov.




No sé con exactitud cuánto tiempo ha pasado, pero sé que mucho. Ha pasado tanto tiempo, y aún no sabemos dónde está.

Me ando volviendo loco. Y me gustaría decir que soy el único en ese estado. Pero Olexie está igual por no decir peor. Está tan enloquecido que se ha vuelto indomable. Hace lo que quiere y cuando quiere. No hace caso para nada a nadie.

He intentado día y noche mantener la calma para pensar con racionalidad y prudencia, porque estoy a un suspiro de caer en la locura al igual que mi hermano.

Zoa está a mi lado trazando las posibles rutas de los sitios a los que podría haber ido. Ella desde que ha estado con nosotros se ha empapado de conocimiento estratégico. Es muy buena en eso y le ha estado sacando provecho.

Hemos salido exclusivamente a buscarla. Y seguiríamos buscando en vano de no ser porque a Zoa se le ocurrió una idea. ¿Y cuál fue? Hacer bulla para hacernos notar y así los posibles secuestradores aparezcan.

No hemos obtenido buenos resultados con eso, pero hasta ahora es a lo que nos aferramos.

Mantengo cada día la calma para pensar racionalmente, pero es difícil y a causa de eso no ha llegado a mi mente alguna estrategia para poder recuperarla.

Así que no tenemos otra opción de aferrarnos a la idea de Zoa. Porque días y meses han pasado, y aún no está aquí con nosotros.

Mierda.

Necesito tenerla pronto conmigo porque sino de verdad enloquecería.

—¿Y bien?

—Estaba ahí.

Repite el chico que estuvo con ella en la fiesta.

Volteo a ver la expresión de Olexie y después de tanto tiempo él tiene una expresión diferente.

La ansiedad sigue allí, pero definitivamente hay algo diferente.

—Cuéntame a detalle.

Olexie se sienta al lado de Zoa dejándola en el medio de ambos.

Ella es lo único que nos queda de Anabelle. Si no la protegemos y le llega a pasar algo, la poca cordura que nos queda se esfumaría.

—Me acerque a ella, le pedí su número y acá está —Señala el papelito con varios dígitos escritos sobre el.

Pero algo no cuadraba.

¿Tan fácil Anabelle le dió su número a ese chico?

Hay un silencio en la sala.

—Ella no es así.

El ambiente se pone aún más tenso por Olexie soltando eso.

—Bueno, me pidió 1 millón de dólares.

Inevitablemente se me forma una sonrisa en la boca y cuando volteo a ver a mi hermano él ni se inmuta; pero yo sé que está satisfecho. Lo conozco demasiado bien.

—Tal vez con todos los movimientos que hemos hecho, la gente que está con ella por fin nos tenga en la mira —Habla Zoa.

—O sea, ¿que ambos lados nos tenemos de objetivo? —Pregunto reaccionando. 

—Anabelle obviamente no sabe de nosotros, pero la gente que está con ella sí. Claro, no tienen idea de que nuestro objetivo es otro, pero mientras sigan pensando que queremos tumbarlos entonces todo estará bien.

The Perfect Combination. (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora