—Me gusta cómo tira.
El sol es la estrella más estresante que hay en el universo cuando se estaba sudando como pollo en brasa. Las gotas de sudor bajaban por mi espalda y sienes. No tengo la menor duda que mi preferencia en cuánto a clima es el frío.
La mejor amiga que tenía (y la única amiga en general) está a mi lado sin dejar de hablar ni un puto segundo, estresándome más.
Quería irme a un lugar con sombra, pero como tenemos un sentido de decisión patético, elegimos comprar barquillas en los carritos andantes y seleccionamos uno que contaba como con veinte personas por delante de nosotras esperando a ser atendidos.
Maldita sea.
— ¿Me estás escuchando, cara de culo?
La voz de Zoa hace que me voltee.
— ¿Qué?
Ella resopla y rueda los ojos fastidiada.
—Hay una fiesta hoy —Suelta.
No es algo nuevo.
Mi mirada se enfoca en la fila, rogando que se moviera más rápido.
—Todos los viernes hacen fiestas —Respondo echándome aire con mi mano en el rostro.
—Será en la casa de Venka.
Un pequeño interés crece en mí y es inevitable no voltear a verla de nuevo.
—Venka hace fiesta cada dos semanas, no le toca hoy.
Las fiestas en la casa de ese tipo eran partidoras de rostros, en el buen sentido.
Zoa se encoge de hombros.
— ¿Qué importa si le toca o no? —La cola rueda y caminamos acercándonos otro poco a las barquillas— ¿Irás o qué?
Una nueva gota de sudor corre por el medio de mi espalda. Las aletas de mi nariz se expanden por la respiración profunda que le brindo a mis pulmones.
—Si sucede algo fuera de lo común, nos largamos —Advierto.
Ella rueda los ojos otra vez y asiente.
—Está bien, mujer. ¿Iremos o qué mierda haremos?
Subo y bajo mi cabeza, confirmando.
Zoa da un aplauso de alegría y enlaza su brazo con el mío, pero me alejo de ella. Tenía un calor de los mil demonios y lo menos que quiero es estar pegada como una garrapata a alguien.
—Tengo calor —Le explico cuando me da una mirada reprochadora.
—Me dijeron que también irá Ivanov —Informa ella.
—Qué bueno.
Camino junto a la fila que se ha movido.
Volteo mi vista cuando siento su mirada insistente y su ceño fruncido se hace notar.
— ¿No te lo andas tirando? —Me pregunta de golpe.
Asiento sin darle mucha importancia.
—No hay sentimientos amorosos.
Levanta una esquina de su labio superior y mantiene su ceño en el sitio.
—No entiendo cómo las personas tiran sin ligar sentimientos —Refunfuña.
Me encojo de hombros.
—Me gusta cómo tira —Admito—, pero no va más allá de eso.
La fila se mueve otro poco.
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The Perfect Combination. (EDITANDO)
AcciónEn alguna parte de Rusia habitan un grupo de chicos un tanto peculiares: adictos a las fiestas, drogas y sexo; viven cada día al máximo a la vez que muestran una vida universitaria bastante normal. Para Anabelle, su urbanización de residencia no es...