35. Karma.

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"@CarlyTellez: Hoy toca salir @ruso_tv y yo vamos de paseo. Si nos ven salúdenos" (foto adjunta) 

 Si nos ven salúdenos" (foto adjunta) 

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La última semana me acordaba de alguien constantemente, me acordaba de Oscar, él me engañó y por eso fue mi accidente, creo que nadie que no seamos él, la chica con la que estaba y yo sabemos cómo fueron las cosas realmente, prefiero que así se quede.

Me encuentro en Monterrey caminando por el paseo Santa Lucía junto con mi mejor amigo Ruso, esto es muy sospechoso, porque voy vestida muy formal como para que esto sea una simple salida de amigos... Vamos platicando de cosas triviales hasta que una inconfundible voz llega a mis oídos, está por delante de nosotros a un par de metros junto a Sanmi.

—¿Oscar?— pregunto casi en un susurro, el mencionado se da vuelta y puedo notar que se ve realmente mal.

—Carly...— se acerca con temor hacia dónde estamos Carlos y yo, toma mi mano y se arrodilla frente a mi. —Lo siento tanto, no te imaginas cuán arrepentido estoy por lo qué pasó aquella tarde —sus lindos ojos están empañados por las lágrimas, bajo ellos puedo notar unas marcadas ojeras amoratadas. —Fui un estúpido al haberte tratado de esa forma, pero el karma se ha encargado de regresarme todo el daño que te causé, créeme.— sus orbes aceitunadas no se apartaban de las mías color avellana. —ella me pagó con la misma moneda, sólo estaba interesada en mi fama, quiero que me perdones, no imaginas lo mucho que sufro noche tras noche...— le interrumpí.

—Por favor levántate, no digas nada más, eso ya quedó en el pasado, no te guardo rencores.— afirmé, era verdad a pesar de todo lo que esa tarde me había dicho y hecho yo no le guardaba rencor alguno. —y ahora si nos disculpas, tenemos que irnos, cuídate mucho Burgos, espero volver a verte San Miguel.— dije para posteriormente sacarme su mano de encima y comenzar a caminar junto a Ruso, quien me miraba interrogante esperando respuestas, las cuales no obtendría, al menos no por ahora.

—No me mires así, de mis labios no vas a obtener nada, Rafael.— dije caminando con un poco de prisa.

—Ni mi miris isi, di mis libis ni vis i ibtinir nidi, Rifil.— me imitó, no pude evitar soltar una carcajada.

—Que infantil, Carlos. —me hizo para de repente.— oye, ya estoy comenzando a creer que me secuestraste. . .— dije cuando de pronto sentí que me cubría los ojos con algo.

—No, para nada, sólo que a partir de aquí yo no iré contigo. . .— fruncí el ceño al escuchar esa frase de su boca, dejé de sentir sus manos en mi cabeza y ya no escuché su voz o respiración cerca de mí.

No era amor 《BrandonMeza》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora