Prólogo. Cambio de aires

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Prólogo

El cambio de aires

~Verano~

Estábamos toda la familia reunida en la mesa del comedor. Mis cuatro hermanos, mis padres y yo. Últimamente nuestra situación económica dejaba mucho que desear. Mis dos hermanos mayores estaban a punto de acabar la universidad, yo iba a comenzar el último año de instituto, y uno de mis hermanos pequeños iba a entrar a secundaria, el otro seguía en primaria. Los gastos de nuestros estudios era una gran carga para nuestros padres que, al fin y al cabo, lo pagaban todo.

-Hijos, estamos en números rojos -mi padre tenía la voz más áspera de lo normal, y su cabello estaba más blanquecino que de costumbre. Parecía más cansado.

Aquella noticia preocupó a todos, salvo a mi hermanito Tom. Dudaba mucho que él entendiera el significado de aquella frase, él tenía ocho años recién cumplidos. El pequeño tenía el cabello de un tono marrón muy oscuro y unos ojos de tonos verdosos. Era un niño muy inocente y risueño.

Mi padre carraspeó para llamar la atención, debido a que todos nosotros estábamos perdidos en nuestros pensamientos.

-Liam y Josh -nombró a mis dos hermanos mayores-, cuando acabéis la universidad este año, deberíais ayudar en casa con los gastos.

Ambos asintieron levemente.

Liam era el mayor de todos. Era bastante alto y de cuerpo esbelto. Su tez morena le hacía que sus ojos grises destacaran. Su cabello era algo oscuro, al igual que el de Tom. Liam un chico atlético y activo.

Josh, al contrario que Liam, era más bajito y delgado. También su tono de cabello era mucho más claro. Josh era mi hermano más cercano. Le quería mucho, ya que teníamos cientos de cosas en común.

En este caso mi madre me habló a mí.

-Charlie, pronto comenzarás la universidad -mi madre también se veía mucho más cansada y pálida; su cabello ondulado había perdido brillo-, y agradeceríamos muchísimo que durante este curso consiguieras una beca.

-Ya me lo había planteado -dije-, pero recuerda que mi instituto no es público, y por eso las becas son mucho más escasas.

-Si, tu padre y yo lo sabemos. Por eso te hemos cambiado al internado femenino Landon High.

-¿Un internado? Pero, ¿eso no sería más caro?

-No ese internado, ni el internado masculino Landon High. Supongo que te acuerdas de Julian Ross, ¿no?

Solo asentí.

Julian Ross era el administrador de varios internados, según yo recordaba. Era un amigo íntimo de la infancia de mi madre. De vez en cuando venía a nuestra casa a comer algún fin de semana.

-Bueno, pues hablé con él y nos rebajará el coste de la plaza...

Había un pero, lo sabía.

-¿Y? -dije esperando que mi madre siguiera hablando.

-Lo malo es que allí no hay equipo de beísbol. Solo lo hay en el otro internado.

Mierda -fue lo primero que pensé.

El béisbol era lo único en lo que destacaba de un modo excepcional. Mis lanzamientos tenía fuerza, poca puntería pero acabaría mejorando. Mis hermanos y yo siempre hemos jugado al béisbol todos juntos, un equipo contra otro. Era un problema que en aquel internado no hubiera becas deportivas. Tenía que admitir que nunca fui demasiado buena en los estudios. Entonces se me ocurrió una idea.

-¿Y si me hago pasar por un chico y consigo la beca deportiva de béisbol?

Mi familia me miró como diciendo con la mirada "¿Estás de coña?"

-Lo sé, sé que es una idea descabellada -dije antes de que nadie pudiera hablar-. Que mi idea no tiene ni pies ni cabeza. Pero, pensadlo un poco. Suelo comportarme como un chico, y si convencemos a Julian de que nos ayude, pasaré sin problemas y conseguiré la beca.

-Ya, lo único que quieres es ligar con toda la escuela de chicos -en aquel momento deseé arrancarle la cabeza a Liam, no me estaba ayudando.

-Ya, ligaré con apariencia de hombre, siendo gay vamos -seguimos peleandonos, sobre el tema. Todavía no tenía la aprobación de mis padres. Seguramente dijeran que no y el tema quedaría en el banco de memoria para ponerme en ridículo ante algún familiar o amigo.

-Basta los dos -mi padre habló, su voz se escuchaba alta y clara-. No es tan mala idea, después de todo.

Mi padre estaba conmigo, él siempre me decía que si quería algo tenía que conseguirlo yo sola, y por eso siempre nos apoyaba, a mis hermanos y a mí, a perseguir nuestros sueños. Mi madre le dió un breve codazo.

-¡Leonard Davis! Nuestra hija no irá a ningún lugar en el que solo esté con chicos.

-Pero si será igual que aquí, mamá -dije apuntándome un punto a mi favor.

Ella guardó silencio durante unos segundos en los que todos callamos.

-Eso es distinto, son tus hermanos...

-Mamá, ya conoces a Charlie, si un chico se le acerca le daría una buena paliza por el simple hecho de haber hablado con ella en un momento inoportuno -mi hermano mayor Josh me apoyó.

-Además, sería gracioso si la pillaran o algo -Liam intentaba ayudar, pero me costaba no tener impulsos de pegarle.

-Vale ahora soy yo la mala -mi madre apoyó la cabeza en su mano- Haced lo que querais, pero si algo sale mal será culpa de vuestro padre.

Me levanté de mi silla y me acerqué a ella, abrazándola. El resto de la familia me imitó; salvo Liam, él pasó de nosotros y subió a su cuarto.

-Te quiero. Mucho -le dije mientra la abrazaba.

-Si, si todo el mundo quiere a mamá cuando cede -me reí ante su comentario.

Días más tarde ya tenía una plaza y un cuarto propio, en la azotea, un lugar minúsculo pero individual. Mi madre puso como condición que no dormiría con chicos en la misma habitación.

Julian fue muy amable al permitirme entrar. Aunque creo que no tuvo opción, mi padre intimidaba mucho y supongo que por su bienestar físico me permitió entrar.

●○●

¡Holaaa!

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Gracias por leer =)

Ella es un chicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora