Capítulo 21. Empiezan los descubrimientos

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Capítulo 21

Empiezan los descubrimientos

-No mirar, no tocar, no sonreír, no hablar. No mirar, no tocar, no sonreír, no hablar. No mirar, no tocar, no sonreír, no hablar...

Tenía que pensar eso una y otra vez cada vez que me encontraba con Drake. Costaba permanecer neutral cuando tu novio (que bien sonaba eso) deambulaba a tu alrededor y tienes que mantener una apariencia falsa.

Y al parecer que yo le estuviese evitando no le sentó nada bien, bueno más bien le ignoraba un poquito. En el comedor me preguntó que si le explicaba un tema de matemáticas. Se supone que soy yo la que tiene que pedir ayuda de vez en cuando, pero pillé su indirecta. Quería hablar.

-Claro, te lo explico después de clase.

Este asintió.

Lo que menos me preocupaba era la frase de "tenemos que hablar". Vamos, digo yo que tampoco era tan mal novia como para cortar conmigo una semana después de empezar a salir, eso creo al menos. No le hacía mucho caso pero... Vale. Fuera pensamientos de novia histérica.

Y entonces empecé a cantar una canción en mi cabeza. La gente me hablaba y yo solo sonreía y asentía, aunque no tenía ni puñetera idea de qué charlaban. Como si salía el tema de lo delicioso que estaba el té de la reina de Inglaterra, o que la profesora Robinson se paseaba por su casa con batas de abuela. Me daba igual, yo solo zampaba y tarareaba en mi cabeza.

Nada más acabar de comer salí al jardín. Me había dado por echarme una siesta a la sombra de un árbol con la agradable brisa. Me tiré sombre un banco con un brazo tapando mis ojos.

Rápidamente me dormí, relajada.

Una vez volví a abrir los ojos parecía como si solo hubieran pasado un par de segundos, pero el cielo se estaba tiñendo de rosas y dorados lo que me decía que me había dormido más que un par de segundos. Estuve a punto de levantarme del banco cuando oí voces:

-Aquí tienes -se oyó un sonido extraño tras las palabras de una chica-. No entiendo por qué las quieres.

-Me gusta -y esa era la voz de ¿Jacob? Sí, lo era.

-¿Te gusta él o ella?

¿Podría tratarse de que estuvieran hablando de mí? En ese caso las fotos y el encapuchado encajaban. Pero entonces no tenía que buscar al encapuchado sino a la encapuchada, o eso o que el encapuchado tenía voz de tía. Me parecía más lógico lo primero.

Jacob tardó en dar su respuesta, pero finalmente habló:

-Él.

-Oh, está bien. Bueno, será mejor que me vaya. Adiós, rubiales -tras esa despedida, se oyeron pasos distanciándose.

Volví a ponerme en mi posición de dormida y cuando estuve segura de que no había nadie miré.

En efecto era Jacob. No sospeché de que él fuera el encapuchado pero tenía motivos para serlo. Yo le gustaba. Bueno, mi yo masculino le gustaba, pero era yo.

Me levanté y crucé el muro de arbustos hasta llegar al otro lado. Era un sitio bastante privado, la verdad. Eso me recordaba que el primer día oí esas voces extrañas "No te preocupes, aquí nadie nos ve..." Aquel fue el primer día. Y ya habían pasado unos cuantos meses. Un par de meses y se acabaría el curso, con el último partido, que era el siguiente.

Me fijé que en el suelo había una foto. Tal vez se le habría caído a Jacob cuando se fue. En efecto era una foto mía. Cuando estaba en la cafetería. Por lo que sabía que había sido esa chica con la que hablaba Jacob.

Ella es un chicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora