Capítulo 20. Viaje en barco

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Capítulo 20

Viaje en barco

-¡Aargg! -grité frustrada.

¿Qué mierda significaba aquello? Las mates no eran lo mío. Dejé eso aparte -lo tiré lejos a algún sitio de la habitación-, y comencé con historia. ¿Cómo era posible que me estuviera entrando sueño si me había metido en el cuerpo un chute de un par de cafés?

Tal vez no debería haberme tomado tal cantidad de cafeína, ya que estaba muy hiperactiva, demasiado para ser exactos. Empecé a dar vueltas por mi habitación agarrándome de los pelos y tirando de ellos. Si seguía así me iba a quedar calva.

-Cielo, ¿estás bien? -preguntó mi madre asomando la cabeza por detrás de la puerta.

-¡No! No entiendo nada.

-¿Qué estás estudiando?

-Ahora historia, pero justo antes de que llegaras, matemáticas.

-Pues pídele ayuda a Liam, ya sabes que se le dan muy bien.

-Sí, ya de paso dame una lata de gasolina y un par de cerillas y me libro de una muerte segura en los territorios del gran demonio Liam, el Destripador -dije, sarcástica.

-No seas tan exagerada. Es tu hermano, y te ayudará, quiera o no quiera. Necesitas sacar mejores notas durante estos exámenes. Tu media no es la mejor -se acercó a mí.

Y así fue como acabé en la habitación de Liam y Josh, también conocido como los terrenos enemigos para los hermanos pequeños. Allí, si no entrabas por invitación de Josh o para hablar con Josh, el demonio Liam intentaría comerse el corazón y el alma de las víctimas que se adentraban en el reino prohibido. Vale, sí, estaba exagerando. Simplemente entré y solté:

-Liam, ayúdame con las mates.

Se giró y cruzó los brazos poniendo una cara de reproche.

-¿Y el por favor? ¿Se te ha perdido por el camino? -cogió un libro de su esdritorio y me golpeó en la cabeza con él.

Lancé un quejido y le di una patada en la espinilla de vuelta.

-Así no voy a ayudar -volvió a sentarse en su silla para ponerse a trabajar en algo. Decir aquel "por favor" me dolía en el alma pero me rendí.

-Por favor -dije en un inaudible murmullo.

-Vale, ahora quiero que digas: "Oh supremo Liam, te ruego que malgastes tu tiempo intentando enseñar a una debilucha chica con los complicados ejercicios que su cabeza hueca no llega a comprender".

-Esa frase es muy larga -me negaba a decirlo.

-Entonces supongo que querrás suspender.

-Oh supremo Liam, te ruego que blah, blah, blah. No me acuerdo de más.

-Con eso me basta.

Y como un milagro del cielo, entendí que significaba aquel revoltijo de números, letras, fraciones y demás.

A eso de las cuatro, alguien llamó a la puerta. Ed se apresuró a abrir y apareció Drake.

-Tú eras el novio de Charlie, ¿no?

-¡No es mi novio! -grité poniendome los zapatos.

-Ya, claro, y yo no tengo una enorme atracción por las historias sobrenaturales ni tampoco por Emma Watson. Estoy seguro de que os vais a una cita.

-Lo que tu digas -agarré de la manga de Drake y tiré de él hacia el coche, luego le grité a Ed-: ¡Y dile a papá y a mamá que no cenaré en casa!

Ella es un chicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora