Capítulo 29. La final: Black Demons vs. Joyriders

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Capítulo 29

La final: Black Demons vs. Joyriders

 -¿Entonces, qué hacemos? -preguntó Adam cruzándose de brazos-. ¿Alguna idea?

Tras la paliza de los Joyriders, nos dimos cuenta de que necesitábamos una nueva estrategia, la cual no podíamos practicar, así que eso se volvió todo o nada.

Pensativa, miré por la ventana del comedor, este estaba vacío.

-Me di cuenta de que su mejor baza es la defensa -comenté, y luego me giré hacia el resto para seguir hablando-. Necesitamos una atacar con todo lo que tengamos.

-¿Algo así como escogiendo a los mejores bateadores? -me preguntó Nico.

-Exacto.

-Tengo la táctica perfecta -confesó Patrick.

Esa noche llovió muchísimo, pero amaneció sin una nube en el cielo, solo esperaba que el campo no estuviera demasiado embarrado.

●○●

-¿Nerviosos? -nos preguntó Sanders, y nosotros emitimos un sonido de negación-. ¡Más os vale! Pero ahora en serio. Lo haréis bien.

Eso me descolocó. ¿El entrenador hablando en serio? Eso era raro. Me calé la gorra y salimos al campo, que por desgracia estaba hasta arriba de barro, y eso resbalaba. Muchísima gente estaba en las gradas, observando y animando. Y varios examinadores de distintas universidades estaban allí, mirando a quién podrían recomendar para entrar.

Nos colocamos en posición para saludar al otro equipo.

-Tú, el de la gorra que no se le ven los ojos, súbete la gorra que tampoco hay tanto sol -me ordenó el árbitro.

Lástima que le hiciera caso.

-Espera, ¿eres una chica? -dijo sorprendido, el hombre tenía buena vista-. Las chicas no pueden participar en un torneo masculino.

Se giró hacia el público y el corazón me dio un vuelco al entender lo que iba a decir.

-¡Los Black Demons están desca...

-¡No! -no le di tiempo a acabar la frase-. No los descalifique, ellos pueden jugar. Solo sobro yo. Algunos se juegan una universidad en esto y no puede hacer eso. ¿Si yo salgo del equipo podrán jugar?

-En ese caso sí. Pero podríamos descalificar al equipo por no cumplir las normas desde el primer partido.

Los nervios no hacían más que crecer dentro de mí.

-Soy una última incorporación -mentí.

-Está bien, vete a las gradas -me indicó con el brazo. Dudaba que consiguiera la beca si no jugaba en el último partido, pero mejor eso a que descalificasen a todo el equipo.

-Espera -dijo Jack-. A nosotros no nos importa que participe una chica, ¿a qué no? -el resto del equipo contrario parecía de acuerdo con su opinión-. Podemos patearles el culo con ella o sin ella.

Debo admitir que un pequeño rayito de esperanza afloró dentro de mí.

-No -negó rotundamente el árbitro-. Las normas son las normas. Ella no jugará y si quiere hacerlo su equipo será descalificado.

Esa vez sí que me marché, pero con la cabeza bien alta.

-¿Alguien más que no sea un hombre? -preguntó el árbitro mirando a ambos equipos-. ¿No? Está bien, podemos empezar el partido.

Me reuní con Jess en las gradas.

-No pasa nada. A lo mejor a este árbitro le cae un rayo y le tienen que sustituir -la miré con escepticismo-. Lo pillo, es poco probable...

Ella es un chicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora