Ella es un chico

Capítulo 6. La reacción de Kevin

Capítulo 6

La reacción de Kevin

Ahí estaba él, quieto con la mirada fija en mí. El pulso se me aceleró, mis manos estaban sudando y por poco se me cae la toalla y enseño mi cuerpo serrano, mi rostro estaba rojo de la vergüenza que estaba pasando. ¡Un chico me estaba viendo en toalla, solo con una maldita toalla! Tragué saliva. Nadie hablaba y había un silencio tan incómodo y tan espeso que se podía cortar con un cuchillo. Estuve conteniendo la respiración mientras esperaba alguna reacción por parte de Kevin. Sus neuronas estarían procesando la información de que yo era una chica.

-Bueno si te vas a quedar ahí mirando sin hacer nada, mejor vete y dejame vestirme -dije volviendo a cepillar mi pelo a la vez que lo miraba por el ravillo del ojo.

-Explícamelo antes -dijo él por fin.

-Cuando acabe de vestirme, te lo explicaré todo a cambio de que no se lo digas a nadie. A nadie -repetí para darle más énfasis.

-Vale -respondió sin más.

Me peiné rápidamente y me vestí con la misma velocidad. No quería tardar demasiado y que este se fuera por donde había venido. Salí del baño y vi a Kevin sentado en el suelo con la espalda apoyada en la pared. Era bastante guapo, su cabello despeinado le daba cierto atractivo, pero no se lo iba a decir, mi orgullo me lo impedía.

-¿Y bien? -preguntó con arrogancia, y me senté a su lado en la pared.

-Verás... -le expliqué por qué estaba allí, quién era yo en realidad, mi meta, todo-. Y por eso estoy fingiendo ser un chico.

-Así que tú eras Charlotte Davis, ¿no?

Le miré confundida, no sabía a que se estaba refiriendo. De pronto recordé a qué se refería, aquella mañana en el tablón de anuncios, mirando si estábamos en el equipo.

-Ah, sí era yo -solté una pequeña sonrisa.

Otro silencio se formó a nuestro alrededor.

-¿Por qué fuiste al baño? -era una pregunta que me había estado rondando desde que me había visto allí dentro.

-Tenía sed.

Asentí sin decir nada. El incómodo silencio volvió a aparecer, otra vez.

Ahora fue Kevin quien rompió el silencio.

-Tranquila, no se lo voy a decir a nadie. Tus motivos me parecen razonables. Además así tengo a una chica a mi completa disposición -alzó las cejas refiriendose a un doble sentido, mientras se mordía el labio inferior de un modo coqueto.

-Iugg, no -negé rápidamente.

-Era broma, era broma -dijo con tono tranqulizador-, eso sí, me conseguirás una cita con Jess.

Le miré alzando una ceja

-Sí, quiero cumplir mi sueño truncado de la infancia.

No creía que salir con una chica se considerase sueño truncado, más bien es como un regalo por navidades que nunca te dieron.

-Umm -lo medité durante unos segundos-, trato hecho. Pero no aseguro nada, Jess puede perder el interés fácilmente.

-Me aseguraré de que no lo haga.

En la oscuridad no podía ver claramente su rostro, pero estaba segura de que sus ojos brillaban con fuerza y tenía dibujada una amplia sonrisa. Parecía seguro de sí mismo. Al parecer, él tenía la certeza de poder robarle el corazón a la chica que había robado el suyo tiempo atrás.