-TAYLOR-
Lo peor que me pudo pasar al despertar fue encontrar el mensaje de Francesca. Honestamente nunca creí que leer un mensaje suyo me pondría triste. Ella se iría a vivir a México ya que su mamá era de ahí y había decidido regresar. No me dio muchos detalles ya que eso lo quiere hablar con nosotras hoy.
No espero a que ellos se despierten, ni desayuno o lavo apropiadamente mi cara. Solo me visto, tomo mi mochila y me voy en mi auto.
Todo estaba yendo tan bien, no entiendo porqué tenía que llegarme una noticia así.
A penas me estaciono me dirijo a las bancas donde Frances nos había citado. Ellas ya están ahí.
—¿Qué onda?— saludo con pocas ganas.
—Pensé que podría convencer a mi mamá de quedarnos o al menos de que me dejara vivir aquí—suelta mientras me siento a su lado—, pero no pude y no es que haya sido algo repentino, ya lleva tiempo pensándolo pero ahora que mi abuela enfermó tenemos que ir con ella.
Entiendo perfectamente todo lo que me dice, yo igual haría lo mismo. No puedo decirle que no se vaya y aunque se lo diga igual se irá, así que no sirve de nada. Algún día pasaría esto, nos separaríamos, pero no quería que fuera tan pronto.
De momento comienzo a recordar como la conocí y sonrío para mí, chocando una contra la otra, siendo groseras y al final terminar siendo amigas. Que gracioso, de primera impresión no pensé que nos llevaríamos tan bien. Pero soy tu amiga y si tienes que irte te apoyaré y no dejaré que te sientas mal por mi.
La voz de Sarah me saca de mis pensamientos—Taylor ¿Estás bien?—de repente me toma en sus brazos—. No llores Taylor.
Vaya, no me dí cuenta en que momento había comenzado a llorar.
Me limpio las lágrimas con las mangas de mi suéter—No estoy llorando—volteo a ver a Francesca quien tiene una cara de preocupación—. Si vemos el lado bueno, cuando vaya a México tendré con quien llegar ¿Verdad?
Me levanto y Frances me abraza— No importa si estoy lejos, yo siempre seguiré siendo tu mejor amiga ¿Lo sabes, Taylor? No lo olvides, nos hablaremos siempre que podamos y te contaré como es ahí y tú me dirás como te va aquí ¿Lo harás?—asiento con la cabeza tratando de no llorar—. Y cuando te cases con Frank yo seré la madrina, eso es súper importante no lo olvides.
Me río pero mas bien parece que me ahogo con mis lágrimas—¿Aún sigues con eso? Contigo no se puede tener un momento nostálgico, eres de lo peor.
Suena el timbre pero nos saltamos la primera hora, sería la última vez que lo haríamos así que no importa. En tres días solo seremos Sarah y yo, no se cuánto me tomará acostumbrarme a no verla, pero espero que no sea mucho tiempo.
Mientras caminamos de vuelta a nuestras aulas aparecen Mikey y Gerard.
—Te estábamos buscando desde que despertamos—grita Gerard desde el pasillo y le hago un ademán para que se calle ¿Qué siente al gritar esas cosas? ¿Se acordará de lo de ayer? No, no lo creo.
—Si ¿por qué te fuiste sin avisarnos? nos preocupamos—Mikey me mira mientras cruza los brazos.
—Lo siento, tenía que llegar temprano hoy—mi estómago gruñe en el mejor momento. Frances se va al sentir el peligro, cuando está detrás de Gerard le hace un gesto burlón que me hace reír. Incluso Sarah toma la mano de Mikey y lo lleva en dirección a las escaleras mientras le dice que ella le explicará todo.
—No desayunaste ¿O si?—niego levemente sin verle a los ojos. Así de intimidante se ve Gerard. ¡¿Por qué me dejan sola con él?!—Ven, te compraré algo de la máquina expendedora. Sería más problemático si te desmayas de hambre.
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Odio todo de ti.
RomanceElla está aquí de pie frente a mi viéndome fijamente, con sus dos colitas demasiado chuecas pero con una bella sonrisa en sus labios. Su sonrisa es dulce, pero en este momento no puedo encontrarla más que cínica. La vida es como una montaña rusa, av...