—¡¿Quién está ahí? —exclamo Brais, Elías mantuvo una posición de defensa, la voz que oían no le resultaba en lo más mínimo familiar así que claramente no era una voz del pueblo.
De entre las sombras emergió la silueta de un nombre, ambos niños lo miraron atentos, cuando la tenue luz lunar fue libre por las nubes que cubrían levemente el cielo adquirió la forma de un hombre joven, se asimilaba quizás a la edad de Yukiya, cuando Elías lo contemplo apropiadamente su boca pronuncio un nombre que jamás creyó mencionaría nuevamente.
—Erik...
—¿Erik? —repitió Brais confuso—. Ese es el nombre de quien hace 12 años trato de arrebatarle la vida a mi padre.
Ambos niños miraron fijamente al hombre frente a ellos, su mirada lucia apenada mientras contemplaba al pequeño quien en su cabeza se apreciaban un par de pequeñas orejas negras y en su parte inferior una cola se mecía de lado a lado—. Así que es verdad, Yukiya realmente pudo hacer feliz a Annelise —Erik se aproximó a los pequeños sin conseguir borrar la imagen de Yukiya.
Elías al ver a aquel hombre recordó los diversos sueños que tuvo donde lo vio—. ¿Hermano eres tú? —pregunto sintiéndose poco a poco emocionado, cuando una afirmación le fue dada sin pensárselo se lanzó sobre él con lágrimas brotando de sus ojos—. ¡Hermano cumplí la promesa, pedí perdón al señor Yukiya, pero... pero...
Erik miro a ambos pequeños quienes mostraban miedo y agotamiento—. Vengan, el bosque actualmente es peligroso.
—Yo se cuidarme solo —dijo Brais confiado—. No necesito ayuda de alguien quien trato de herir a mi padre.
El mayor sintió un mal sabor de boca al saber que el hijo de quien tiempo atrás fue su enemigo tuviera tal desconfianza hacia él—. Quizás es verdad, pero, ¿Puedes contra tu padre, sabes cómo defenderte contra él?
Resignado Brais acompaño a Elías y a su hermano hacia una cueva ubicada en una parte del bosque completamente desconocida para él, en dicha cueva podía olerse el aroma de una carne, frente a la fogata se hallaba la silueta de una mujer quien al oírlos acercarse les dirigió la mirada—. Bienvenidos pequeños —les dijo con una sonrisa amable que se tornó en sorpresa al ver a Brais—. ¿Yukiya?
—¿Eh? —el menor se sorprendió de oír el nombre de su padre por una extraña—. ¿Conoce a mi padre?
Aquella mujer ante la pregunta su rostro se ahogó en la melancolía—. Así que al final Yukiya y Annelise formaron una familia.
Cuando se acomodaron frente a la fogata ambos adultos se presentaron frente a los pequeños quienes no podían creer lo que escuchaban ni lo que veían, las personas frente a ellos habían fallecido hacia 12 años, ¿Cómo era posible que estuviera vivos?, mientras oír el relato Brais no sabía cómo sentirse, tanto Erik como Sisuca le habían ocasionado un daño a su padre, pero ambos parecían arrepentidos por ello.
—Brais —lo llamo Sisuca sin quitar aquella melancolía de su rostro—. ¿Tus padres siguen amándose?
Brais asintió triste—. Pero ahora mamá está sufriendo, papá no está y ella está esperando un bebe.
Ante esta noticia ambos mayores miraron al pequeño tristes, pese a que quería lucir fuerte eso no cambiaba el hecho de que solo era un niño, por su parte Elías deseaba mostrar su apoyo, pero, ¿Cómo hacerlo si Brais ni siquiera toleraba tenerlo cerca?
Sisuca se acercó al pequeño dando unas suaves carias en la cabeza—. Eres como tu padre, fuerte y sin querer mostrar debilidades —Brais elevo su mirada mirando fijamente a la mujer frente a él que como su madre transmitía un aura cálida—. Pero no debes olvidar una cosa, hasta la persona más fuerte tiene derecho a llorar.
ESTÁS LEYENDO
No siempre el malo es un lobo T2 [FINALIZADA]
WerewolfTiempo había transcurrido desde aquel día en que Annelise, junto a su mejor amiga Erín, eligió alejarse del sitio que fue su hogar para vivir junto a la persona que se convirtió en su todo. Viviendo un maravilloso sueño, esa curiosidad que tanto la...