Capítulo 21

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—¿Papá cuándo vamos a volver a nuestro hogar? —pregunto Brais mientras observaba fijamente el bosque—. Quiero volver, no me gusta este lugar.

Yukiya poso su mano sobre la cabeza de su pequeño la cual ahora mostraba unas bonitas orejitas de lobo—. Yo también quiero volver, pero no podemos irnos hasta resolver el problema entre Gaiaxurys y el pueblo.

Brais permaneció en silencio unos instantes antes de volver a hablar—. ¿De verdad vas a dejar que Zenda se quede a vivir aquí?

Ante esta pregunta Yukiya aparto su mano de su hijo, realmente no estaba seguro, durante mucho tiempo siempre pensó o quiso creer que estaría juntos y esperaba que al llegar la edad de Annelise los niños elegirían que deseaban hacer, pero tal parecía que todo se había adelantado demasiado.

—¿Papá? —llamo Brais a Yukiya que permaneció en silencio unos momentos manos.

—No lo sé... me gustaría que al finalizar todo esto volviéramos juntos a casa, pero Zenda ahora tiene a Elías, me sentiría un mal padre si los alejara —respondió Yukiya recordando todas las dificultades que Annelise y él pasaron para poder estar juntos.

Brais y Yukiya duraron contemplando el bosque hasta que la noche termino de caer, por petición de su padre Brais volvió antes a casa del padre de Annelise quien se topó a su hijo mientras iba hacia donde estaba Yukiya.

—¿Pudieron hablar? —le pregunto a su esposo que la vio sentarse a su lado.

—Sí, pero Brais aún debe pensar en poco en todo —respondió Yukiya mirando fijamente el bosque.

—Espero que podamos volver pronto a nuestro hogar —comento Annelise recargándose sobre el hombro de Yukiya quien apoyo su cabeza en la de ella—. Espero que nada le haya pasado.

—Estoy seguro que Gaiaxurys lo mantiene a salvo, después de todo es el único sitio donde yo puedo vivir en paz —ante esta respuesta Annelise miro a Yukiya quien por un momento le pareció que sus ojos habían estado inundados por la oscuridad—. Ve a descansar, me voy a quedar un poco más aquí.

Annelise no se opuso, Yukiya parecía necesitar un tiempo a solas así que le brindo un abrazo y se fue, al asegurarse que se había ido adquirió su forma de lobo y se adentró al bosque dirigiéndose a aquel campo de flores que alguna vez fue escenario de sus momentos más felices y donde junto a Annelise habían construido un altar a Gaiaxurys.

"¿Desearías que todo hubiera permanecido como en aquel entonces?"

Escucho Yukiya mientras un viento comenzaba a soplar—. Gaiaxurys

"¿Desearías que el tiempo no hubiera avanzado, que las cosas hubieran seguido como en aquel tiempo?"

Volvió a preguntar nuevamente aquel viento—. Las... las cosas no pueden permanecer siempre igual, así como le tiempo avanza, todo lo que existen también cambia —respondió Yukiya.

"Tratas de mentirte a ti mismo, quieres creer que todo esto es normal, pero en el fondo desearías que nada hubiera cambiado."

Dijo la voz con firmeza, repentinamente unas raíces emergieron de la tierra sujetando a Yukiya quien inútilmente trato de librarse de ellas.

"Te mostrare lo que el verdadero tu desea."

*Sueño Yukiya*

—¿Dónde... dónde estoy? —me pregunto, este espacio es muy frio, miro a todas direcciones, pero no veo nada, solo una gran oscuridad rodeándome, quiero caminar, pero no puedo, alto, veo a alguien, pero... pero si—. Soy yo.

—Quiero volver a aquel tiempo en que era feliz, a aquellos días donde solo éramos Annelise y yo.

¿Esta persona de verdad soy yo?

—Él es tu y yo también soy tu —dice una segunda voz, al girar mi vista mis ojos se abren sorprendidos al ver a otra persona similar a mí.

—¿Qué quieres que decir, como que son yo? —estoy confundido que está pasando.

—Él es el Yukiya que añora la vida antes de que te atrevieras a salir del bosque, es la personalidad que quiere volver e ignorar que nada de lo que está ocurriendo paso.

—¿Y tú quién eres? —esto es confuso, no entiendo nada de esto.

El tercer yo comienza a reír descontroladamente, como si verme inmerso en la confusión le pareciera gracioso—. Yo soy ese tu que nunca has querido ver; tu codicia, envidia, dolor, tristeza, odio, venganza, miedo... soy la personalidad que fue encerrada cuando te enamoraste de Annelise, soy el tú que ella impidió que fueras.

Estoy confundido, me niego a creer que existe más de una personalidad en mí, sé que el actual yo está bien, que soy quien debo ser...

—Niégame todo lo quieras, recházame todo lo que desees —me sumergí tanto en la duda, que antes de poder darme cuenta aquel yo se abalanzo sobre mi comenzando a asfixiarme—. Si tu desapareces, podre existir, podre hacer todo lo que tú con tu débil forma de ser no eres capaz.

Sus manos aprietan fuertemente mi cuello, ¿Tanta ira me tiene?, siento que pierdo mis sentidos, poco a poco comienzo a cerrar mis ojos, repentinamente siento como sus manos se alejan de mi dejándome respirar nuevamente.

—¿Quién eres tú? —escucho que pregunta el otro yo confuso.

—Tan pronto me has olvidado, como dices ser quien posee el odio de este tipo si olvidas a quien te mostro que eran los celos —responde una voz, ¿De quién es esa voz?, sé que la he oído antes.

—Oye, sal de aquí —me dice aquel sujeto, mis ojos se cierran antes de poder ver a la persona que me ha ayudado.

*fin del sueño*

Yukiya poco a poco comenzó a abrir sus ojos encontrándose tumbado en el suelo, su mente le daba vueltas—. // ¿Qué clase de sueño era ese? // —se preguntó confundido, al posar una de sus manos sobre su cuello pudo sentir extrañas marcas sobre él, repentinamente se percató que era de día—. ¡Oh no! —exclamo saliendo corriendo hacia el pueblo donde vio a Annelise con una mirada llena de preocupación.

—¡YUKIYA! —grito Annelise viendo a su esposo salir del bosque y lanzándose a sus brazos.

—Perdona que te haya preocupado —se disculpó Yukiya al ver como la mujer que más amaba se encontraba con lágrimas brotando de sus ojos.

Annelise no podía hablar, no haber visto a Yukiya al despertar la habían sobresaltado mucho—. ¿Eh, Yukiya que te ocurrió en el cuello? —pregunto confusa de ver marcas a ambos lados de su cuello.

Yukiya retiro unas lágrimas de los ojos de Annelise con delicadeza y le brindo un beso en la frente lo cual sorprendió a su esposa—. No es nada, es una alergia —respondió con la sonrisa más sincera que pudo poner para evitar preocupar más a Annelise.

—Vamos a casa, tenemos que lavarla —dijo Annelise poniéndose de pie de un brinco.

Yukiya realmente se sentía mal por mentirle, pero lo menos que deseaba era preocuparla con algo que ni el mismo era capaz de asimilar, que era todo aquello que Gaiaxurys le había mostrado.

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Hasta aquí llega el cap, espero les haya gustado

Y pues como había dicho, ya vamos entrando en el peso pesado de la historia

Bien dicen que las personas con la sonrisa más grande son las que más sufren

(¬_¬U)pero creo que yo lo estoy llevando al limite

¿Quien sera la persona misteriosa que ayudo a Yukiya?

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Nos escribimos y hasta el próximo capítulo

No siempre el malo es un lobo T2 [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora