Capítulo 15 parte 4

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—Así que ahora Samay y tu son novios —comento Elías contento por Caled y Samay.

—Espero que no tengan problemas —agrego Zenda con una sonrisa en sus labios provocada por la felicidad que le causaba poder experimentar un amor como el que su padre y su madre tenían.

—Por cierto, ¿Elías has visto a Iria o a Kilian? —pregunto Caled—. En lo que va del día no los he visto.

Zenda y Elías se miraron mutuamente por algunos instantes—. No, no los hemos visto, a Kilian lo vimos durante el desayuno, pero a Iria no la hemos visto —respondió Zenda.

—Bueno yo si la vi, pero parecía molesta por alguna extraña razón, ¿Saben que le ocurre? —inquirió Elías.

Samay y Caled negaron, tras esta conversación dieron un pequeño recorrido por el pueblo en busca de sus amigos, tras un rato finalmente al único que encontraron fue a Kilian.

—Hola Kilian —lo saludaron los 2, el mencionado pareció ser sacado de sus pensamientos pues se giró algo sobresaltado—. ¿Ocurre algo hermano? —pregunto Samay confusa por la reacción de su hermano.

—No... no es nada —respondió algo dudoso, para Samay cuando Kilian hablaba si era un signo de que trataba de ocultar algo.

—No me mientas, algo te esta está molestando —dijo Samay molesta.

—Kilian sabes que puedes contar con nosotros, prometemos no decir nada de lo que nos digas —dijo Elías, Kilian sintió algo de confianza en Elías.

—Bueno, no es que me moleste algo, lo que ocurre es que estoy preocupado por Iria —dijo un tanto inquieto—. Lleva toda la mañana evitándome.

Oír esto sorprendió a Samay y a Caled pues Iria desde que se conocían había mostrado mucho interés en Kilian y no precisamente de amigos—. Los puedo dejar un momento, iré a buscar a Iria.

Samay y Kilian no se opusieron, dado que Caled conocía de más tiempo a Iria quizás era el más indicado para hablar con ella. Habiendo dicho que hablaría con Iria, Caled fue al establo encontrando a quien buscaba—. Así que aquí estabas.

—¿C–Caled que haces aquí? —pregunto Iria sorprendida.

—Digamos que Kilian y los demás están preocupados por tu repentino cambio de actitud —respondió Caled con tranquilidad—. ¿Acaso hicieron algo que te molestara?

Iria permaneció en silencio, pasados unos instantes pareció que encontró fuerzas para hablar—. No estoy molesta —dijo con voz temblorosa—. Tengo miedo, ¿Acaso a ti no te dan miedo?, que personas adopten forma humana es aterrador, ellos no son como nosotros.

Caled comprendía el miedo de Iria, todos en el pueblo cuando cruzaban sus ojos con los de Zenda, Samay o Kilian hacían miradas temor, adoptando una posición defensiva como si ellos fueran a atacarlos.

—¿Cómo puedes temerle a alguien que nunca te ha hecho daño? —pregunto Caled un tanto molesto—. ¿Acaso Kilian te ha hecho algo para que le temas?

—¡¿Qué nunca has oído lo que cuentan los adultos?! —cuestiono Iria a Caled—. ¡El bosque es peligroso, en el solo viven criaturas peligrosas y seres malditos, ¿Que pasara si nosotros nos volvemos como ellos?!

—Si fuera así, Annelise y Erín serian mitad animal, pero ellas siguen siendo humanas —respondió Caled recordando algunas cosas que Annelise le había contado—. Además, las maldiciones son algo que nosotros recibimos por el dios Gaiaxurys.

No siempre el malo es un lobo T2 [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora