Almuerzo

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-Quizá le sería más fácil si piensa en algo agradable, señorita Victoria.
-Algo agradable...

Seras miró el empaque de sangre con desdén, simplemente no se sentía capaz de alimentarse con ella.

-Puedo tratar con la sopa otra vez, Walter...
-¡Ridículo, chica policía. Ya no eres humano, tienes que aceptarlo y beber la sangre o comenzarás a debilitarte!

Se sobresaltó al escuchar la voz de su maestro... Pensar en algo agradable... ¿qué pensaría él cuando bebía? Lo observó fijamente, su sonrisa se amplió en una mueca sádica y mostró sus colmillos, como si estuviera leyendo su mente... Oh, claro, él podía hacerlo... Desvío la mirada, juraría que vió en sus ojos un brillo demente, inhumano... No volvería a preguntarse que pensaba su maestro cuando bebía.

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