Capítulo 30

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Sentía la pesadez de sus párpados. Su cuerpo no respondía a sus deseos y parecía que había algo pesado encima de ella. Cuando por fin pudo mantener los ojos abiertos, giró un poco la cabeza y pudo ver a Jerome y Misha sentados en el sillón celeste junto a la cama.

—¡Du! ¡Deja de lamerme! —Gritó con sus debilitadas fuerzas.

—Nos diste un gran susto, Camila. —Misha se había colocado al otro lado de la cama y movía la cola graciosamente. 

—¿Cómo te sientes Camila?­ —Jerome se había acercado a la esquina del colchòn—. Este par estaba muy preocupado por ti. —Sonrió complacido.

Camila sonrió ligeramente y después de una pausa dijo: —me desmayé de nuevo, después de usar el rayo y el vapor, ¿cierto? 

—Sí, así fue. Te debilitaste mucho, aún y a pesar de nuestro apoyo. Pero ya estas bien, completamente recuperada, segùn dicen los doctores. Es solo energía perdida que se arregla con descansar.

—¿Cuántos días esta vez? —Preguntó inquieta.

—Una semana y tres días.

Jerome se acercó más a ella y la tomó de la mano. —Dormir es curar. Dormiste suficiente.

—Fue muy imprudente lo que hiciste Camila. Si no fue por que descubrimos todo acerca de lo que planeabas, hubiera sido muy difícil alcanzarte a tiempo... —sonrió dadivosa Misha al ver el rostro confundido de su amiga—, ...si no fuera por que ya estábamos listos para seguirte... —Lamió su pata y con tono intrigoso aseguró.

—¿Listos? —Preguntó Camila muy curiosa.

—Sabíamos de tus intensiones. No estábamos seguros hacia donde o què harías, pero  nos dio el tiempo suficiente para preparar a varios Guardianes para tu respaldo, señorita fugitiva. —Apareció el Gran Jefe tras la puerta del cuarto para incorporarse a la conversación.

—Señoría. —Dijeron todos al inclinarse ante el.

—Hola a todos. Descansen. —Sonrió tras una pausa—. Vine a ver cómo estabas Camila.

—Muy bien, gracias, su Señoría. —Responiò formal.

—Me informaron de la liberación de todas las almas que se encontraban dentro del Rey Devorador. Estamos hablando de siglos de almas que creíamos perdidas. Todo gracias a ti y a ese poder excepcional que tienes y por el cual, estoy muy agradecido. —Dijo amablemente.

—Eres el primer Guardián de tu clase, Camila. Supongo que es por la combinación de energías del Guardián y del Devorador, donde uno las libera y el otro las pasa al siguiente nivel. ¡Es fantástico! —Analizó Jerome entusiasmado. 

—Hoy te dan de alta, por lo tanto tendremos una cena especial esta noche en el salón central, no lo olvides Camila, eres la invitada especial. Quiero que estén todos presentes. —Giró su cabeza para mirar a Jerome—. Avísale a Bruno de inmediato, Jerome.


—¿Dónde está Bruno? —Le preguntó Camila a Jerome después de que el Gran Jefe dejara la habitación.

—Está en una misión de inspección en el pueblo; verifica las condiciones en que quedó el lugar e información general acerca de los habitantes.

—Ya veo. Pero, no regresaron todos juntos?

—Sí, regresamos todos juntos. Te trajimos, el verificó personalmente tu estado y se retiro a la misión. Así es el. Tan robótico.

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