Habían pasado dos semanas sin que Camila pudiese dormir adecuadamente por las constantes pesadillas. Incluso en ocasiones, llegó a sentirse desorientada entre la realidad y los sueños y que el despertar, se le tornaba confuso.
A pesar de los desvelos, diariamente asistía a las lecciones intensivas trabajando junto a los jefes de las tres secciones. Dividían su día en entrenamientos de defensa y ataque, meditación, manejo de espada, la teoría acerca de la vida de un Guardián, la cual le resultaba de lo más aburrida, y la parte del bloqueo, para inhabilitar el posible acceso de un Visitante a los sueños nuevamente.
De regreso del Edificio Sagrado, donde habían tenido una junta con el Gran Jefe, Camila repasaba la conversación de la reunión. El Gran Jefe había ordenado categóricamente proteger a Camila en todas sus formas, incluyendo el proporcionarle las habilidades para que pudiera hacerlo ella sola. "¿Quiere darme más entrenamiento acaso?", pensó al serle imposible entender el significado de lo dicho por el Gran Jefe.
Se había confirmado que Jared había entregado a varios Guardianes como obsequio a el Gran Devorador y se verificó en todos ellos, que el lunar era la marca de continuidad que los distinguía como de su propiedad.
—Camila tienen dos líneas extras en su lunar, —Jerome le entregó al Gran Jefe dos fotografíasque le había tomado previamente.
—Ya veo. ¿Qué dijo Jared cuando tuvo el encuentro con ustedes, Bruno? —El Gran Jefe observaba cada detalle de las imágenes.
—Todos los que tienen el lunar son alimento del Gran Devorador y Camila es la siguiente. —Aseveró serio.
Jared tenía tiempo planeando la ofrenda al Rey Devorador con la única intensión de ser aceptado en sus trincheras, explicó sin tapujos. "La vida simple de un Guardián me resulta vacía. Tantas reglas que seguir sin poder aniquilar a los Devoradores a mi antojo y divertirme en el proceso, me frustraba hasta los huesos. De cierta forma envidiaba la manera en que vivían los Devoradores, libres y sin restricciones. Era un Guardián con alma de Devorador". El odio a los Guardianes, se filtraba visible en sus ojos y se evidenciaba aún más en sus puños, tras cada palabra pronunciada.
Camila pensó que Jared había sido muy creativo y particularmente malévolo a la hora de la confabulación. La invasión a la Isla de los Guardianes a manera de distracción cuando el verdadero propósito siempre fue el juego que el planeó: dejar esparcidos alrededor del mundo 50 Guardianes a manera de ofrenda, entre adultos, niños y no nacidos, para que el Rey Devorador les diera caza a uno de vez en vez.
Le resultaba perverso que Jared haya logrado engañar a todos los Guardianes que se habían refugiado en la Primera Dimensión, con el pretexto de que esa marca los protegería de cualquier Devorador al permanecer todo ese tiempo ahí.
"Tan ingenuos, se creyeron lo de la guerra en la Isla y nunca pensaron que los marcaría para ser cazados por mismísimo Rey Devorador". Camila recordó la risa burlona que acompañaban las palabras de Jared.
Después de recorrer el país, fingió la muerte de todos los marcados a los que les había pedido parte de su cabello diciéndoles que llevaría un registro de quienes aún estaban vivos. "El polvo del cabello de cada Guardián lo mezclé con polvo de plantas y lo deposité en bolsas dentro de la carpeta para procesar así su "deceso" y hacerlo creíble para el resto de los Guardianes. Tomó mucho tempo, pero valió la pena. He disfrutado mucho de la cacería". Camila sintió un escalofrío al recordar dichas palabras.
Pero lo más perturbador, le resultaba la confesión que le había hecho: —Tu fuiste un caso especial, Camila. Acababas de nacer cuando encontré a tu madre. Ella era una mujer muy fuerte y reacia y me dio mucha batalla, creeme. Me quedé muy sorprendido al ver que era protegida por un amigo Devorador. Al final me quedé solo contigo, te marqué como a todos los demás para después dejarte en un orfanato en espera de ser devorada. Es tu turno: eres la número 21.
"El mató a mis padres", sintió como el cólera le recorría las venas.
Camila vio que amanecía por la luz que se colaba por la ventana. Hacía frío esa mañana y pensó en prepararse un café. El solo intento de levantarse se apagó al sacar un brazo de la cobija y sentir como la piel se le ponía de gallina. Volvió a acurrucarse dentro de las cobijas y deseando que Bruno estuviera ahí con ella. "Tendría menos frío", una risilla pícara apareció en su rostro.
"¿Conocía a Bruno?", pensó Camila al momento de taparse hasta la cabeza. "Si Jared conocía a Bruno y el incidente fue hace más de 20 años, ¿cuántos años tiene Bruno realmente? Debería ser de por lo menos 40 o 50 años pero aparenta de 20, ¿qué sucede aquí? ¿Acaso nadie envejece?". Se sentó de golpe para sentarse en la cama ante dicho descubrimiento.
—Entonces, si el tiene 40 años, es 15 años mayor que yo. —Analizaba en voz alta—. Y... ¿Quién es Carlota? ¿Estaba comprometido?
Sentía su cerebro a punto de explotar. Una mezcla de celos, envidia y curiosidad mermaba su tranquilidad matutina. Se levantó, respiró profundo y se estiró, como solía hacerlo Misha durante el día. Se cambió de ropas, se puso una chamarra y salió de la habitación. "No puedo estar conmigo misma en este momento", declaro.
En el patio central solo se veían a Du y Misha sentados a la mesa y comiendo del bufet preparado desde temprano. Camila tomó un plato y se sirvió algo de fruta y un café. Se acomodó en una de las sillas a un lado de Misha.
—Volviste a tener una pesadilla. — Aseveró—. ¿De nuevo con Jared? —Preguntó Misha mientras mordisqueaba un trozo de carne.
—Algo así. —Respondió distraída—. Misha, ¿cuántos años viven los Guardianes? El Visitante parecía reconocer a Bruno. —Preguntó intentando sonar indiferente.
—Un Guardián en promedio vive 800 años. No se considera un adulto hasta cumplir 100 y es cuando pueden formar parte activa como guerreros en los Guardianes. ¿Estas preocupada por la edad de Bruno, acaso Camila? —Misha sonreía suspicaz ante el rostro atónito de Camila.
Camila fue arrastrada por sus pensamientos. Dentro de ese abismo se encontró con diversas preguntas: ¿acaso ella viviría 800 años también? Aunque la combinación de Guardián y Devorador podía haberle hecho un cambio. Pensó de nuevo en Bruno. El había vivido mucho más que ella, eso era seguro. MUCHO más. El era considerado "adulto" al formar parte de las líneas de guerreros de los Guardianes, así que debía tener más de 100 años. Hace más de 20 años ya peleaba junto a Jared y Jerome. ¿Cuántos tendrá ahora? ¿130? ¿140? ¿Cuándo comienzan a verse viejos? La impaciencia se filtraba entre los dedos de sus manos de Camila que constantemente tallaba.
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Guardianes de almas
FantasyDesde pequeña, Camila ha visto el mundo de singular manera, muy diferente a como lo ven los ojos de los demás. Después de conocer a Jerome y a Bruno, su vida dio un giró inesperado, pero pudo entender el origen de su rareza. Foto: Pexels.com