5. ¿Florecilla?

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Sofía: buenos días Soledad-bostezó mientras entraba en la sala.

Soledad: Buenos días, ¿aun te despertaste ahora?-la miró y la vio con los ojos hinchados y rojos.

Sofía: si... es que me encuentro muy cansada-suspiró-no tengo hambre ni nada-Soledad posó su mano sobre la frente de la joven.

Soledad: no pareces tener fiebre, sin embargo te veo mala cara... ¿Has estado llorando?-los ojos de Sofía se cristalizaron y Soledad la envolvió en sus brazos.

Sofía: sigo sin comprender que pudo haber pasado para que me encuentre tan sola.

Soledad: ya, pequeña, tienes que animarte... ¿no ves que puede que estés enfermando?

Sofía: solo encuentro paz cuando estoy ocupada o con algo que hacer...

Soledad:-la miró y agarró sus manos-todo irá a mejor ya lo verás, sube arriba a descansar, te prepararé algo ligero.

Sofía: está bien... gracias.

Soledad: ¿quieres que hable con Andrea?

Sofía: ¡No! Ella está muy ocupada no quiero darle preocupaciones, ya es suficiente con todo lo que está haciendo por mí...-resignada volvió a su cuarto.

Llegó la noche a la casa y Samuel llegó junto con Andrea que de costumbre se quitaba los zapatos nada más entrar, Soledad fue a recibirlos.

Soledad: ¿Qué tal? ¿Cómo os fue?

Samuel: Muy bien, hoy fue un día muy productivo.

Soledad: me alegro mucho hijo.

Andrea: ¿Y mi hermana, Soledad?

Soledad: está arriba, descansando, se sintió algo mal esta mañana...-Soledad no dijo más y Andrea subió al cuarto a verla.

Samuel: ¿Qué le ocurre?

Soledad: sigue mal por lo de su marido... no hay manera de que salga del hoyo...

Samuel: la comprendo... cuesta mucho.

Soledad: Claro, ¿por qué no hablas con ella? Tú puedes ayudarla a superar ese desengaño...

Samuel: cómo voy a ayudarla, Sole-se sirvió un trago de whisky-si ni yo mismo pude superar lo mío.

Soledad: hijo... debes olvidar a esa mala mujer...

Samuel: yo mejor que nadie se eso... pero sueño cada noche con ella viéndola entregándose a...-apretó el puño y bebió el vaso de golpe-perdona Soledad, pero no quiero recordarlo, es suficiente con que lo sueñe todas las noches... estaré en mi despacho.

Andrea entró lentamente en el cuarto de Sofía, viéndola como todos las veces que iba a verla, acurrucada en la cama llorando.

Andrea: Sofi...-Sofía alzó la cabeza y secó sus lágrimas-Soledad me dijo que te encontrabas mal, ¿Qué tienes?

Sofía: no es grave, solo me encuentro cansada.

Andrea: ¿Por qué no sales? Mariana seguro estará encantada de hacer planes contigo, sois muy amigas.

Sofía: no tengo cara para presentarme en sociedad, Andrea, hace una semana y poco que mi marido me abandono, ¿puedes entender eso?

Andrea: pero Sofi, así no arreglamos nada.

Sofía: Andrea, ya, así estoy cómoda ¿vale? No todo el mundo tiene una sonrisa en la cara como tú-su hermana pequeña la miró apenada.

DULCE AROMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora