43. Bienvenido mi amor

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Para cuando llegaron Irina y Flavio los esperaban con las maletas en la puerta, francamente se les habían pasado las horas sumergidos el uno en el otro.

Irina: ya pensé que no ibais a llegar-sonrió.

Flavio: cierto, casi nos marchamos sin despedirnos-Samuel avanzó y le dio un abrazo-gracias por todo, os queda una visita pendiente a nuestro hostal.

Andrea: no tenéis que dar las gracias, lo hicimos con mucho gusto-se acercó a él para abrazarlo-por supuesto queda pendiente esa visita.

Irina: ya ayer me costó despedirme de Sofía, contigo igual-sus ojos se volvieron vidriosos-me siento muy bien a vuestro lado, es como si me sintiera en familia...

Andrea: yo creo que nos pasa lo mismo-la abrazó-nos vemos pronto.

Samuel: hasta pronto Irina-la abrazó él también.

La pareja cogió sus maletas y caminaron todos hasta la puerta de la mansión, desde la misma, Samuel y Andrea observaba como cargaban todo en su coche, ambos se dirigieron una última mirada e ingresaron en el coche poniendo rumbo a su vida normal.

3 MESES DESPUÉS.

Sofía llegó a la etapa culminante de su embarazo y su negocio era todo un éxito, era la empresa de eventos de la que todo el mundo hablaba y la que todos querían. Ya no quedaba nada de aquella mujer que fue abandonada hace 9 meses por su marido, a día de hoy era una mujer divorciada, independiente, enamorada y completamente feliz. Su vida al lado del que algún día fue su psicólogo era la envidia de todo el mundo, él la cuidaba, la veneraba y respondía en todo momento por ella, sin darse cuenta ambos se volvieron el uno para el otro, envueltos en una relación de amor puro, un amor como el que siempre soñó y que nunca tuvo.

La fábrica volvió a ser la que era, sin problema se repuso de las pérdidas que tuvieron hace unos meses por causa de las fechorías de Pablo, nuevos perfumes salieron a la venta, los cuales fueron un rotundo éxito para la fábrica de Samuel y Andrea que crecía al mismo ritmo que lo hacía su relación, atrás quedaron las desconfianzas y el miedo de Samuel que se entregaba incondicionalmente a Andrea de manera que ponía las manos en el fuego por ella...

Sin embargo una nube negra les acechaba, la nube negra de la maldad, ya que, Pablo y Patricia planeaban un nuevo golpe, tras el fatídico y no intencionado accidente en el que, por poco, la ex de Samuel mata a Andrea y aquel furtivo beso a la fuerza de Pablo sobre Andrea, ahora planeaban una pequeña trampa para intentar que Samuel desconfiase de Andrea, trataban de desacreditarla de tal forma que para conseguir trabajo y ayudar a su hermana no le quedara más remedio que firmar para la competencia... a pesar de innumerables intentos nunca encontraban la ocasión, ya que, ella siempre se encontraba en la permanente compañía de Samuel.

Samuel, Andrea y Arturo entraban en el hospital empujando la silla de una Sofía envuelta en sudor que trataba de concentrarse en normalizar sus respiraciones mientras sus contracciones aumentaban con rapidez.

Andrea: ¡un médico! ¡Está de parto!

Arturo: aspira, expira, aspira, expira.

Samuel: ¡¡Mierda, me deje la bolsa del niño en casa!!

Andrea: ¡Ve por ella, corre!-todos se encontraban muy nerviosos.

Sofía: ¡Quieto ahí! Que nadie se mueva-dijo entre constantes respiraciones.

El ginecólogo de guardia la reviso y determinó que estaba de parto, pronto llegó a los centímetros de dilatación y pasaron a trasladarla a la sala de partos para efectuar su ansiado parto. Era cuestión de minutos o de horas que el nuevo integrante de la familia del Junco estuviera soltando su primer llanto... en la sala de esperaba Arturo, Andrea y Samuel daban vueltas muy nerviosos.

DULCE AROMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora