50. 1 año

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Y así fue como lo hicieron, manejaron a Samuel a su antojo aprovechándose de su pérdida de memoria para finalmente ocupar la presidencia de Fragancias del Junco, juntos dejaron a Samuel fuera de juego en su propia fábrica y lo remitieron a dejarlo en casa sin apenas contarle nada él, como no tenía conciencia de las cosas se dejaba manipular y manejar por ambos.

Los meses fueron pasando mientras Patricia trataba de meterse una y otra vez entre las sabanas de Samuel pero a él le era imposible, no había nada en su corazón que palpitase hacia aquella mujer... lo cual lo frustraba más y aumentaba su dolor de cabeza. Ignorando todo lo que había a sus espaldas se cambió de cuarto separando definitivamente su relación con Patricia, pero aquello a ella poco le importaba, estaba ciega de poder al conseguir junto con su cómplice el manejo de ambas empresas, ya que, procedieron a hacer lo mismo con la empresa de Mismo, desbancando a Diego hasta sacarlo totalmente de la vida de Samuel, al que intento llegar para salvarlo de Patricia y Pablo, pero le fue imposible.

Sofía y Arturo vivieron su relación como cualquier pareja del mundo, dedicándole todo el amor del mundo a su pequeño Omar quien a lo largo de los meses creció fuerte y muy feliz junto a sus padres, porque ese fue el papel que finalmente Arturo asumió en su vida, lo educa y lo consiente como si fuera su propio hijo, porque padre no es el que crea sino el que permanece ahí y él estará ahí para él toda la vida. Tras mucha insistencia y con la llegada del verano se escaparon 15 días para ir a Esperanza del mar a visitar a sus hermanas y a su cuñado, esos fueron días de felicidad en los que las 3 hermanas compartieron buenos momentos de risas y cariño, a pesar de que en la conciencia de Sofia todavía existía el amargo recuerdo del accidente de Samuel.

Flavio e Irina se encontraban encantados con la gran familia que les tocó por sorpresa, pasaron de ser únicamente ellos dos y su hostal a tener una familia numerosa, su mesa paso de tener 2 puestos a tener 5 más la ternura de su sobrino, pero a ellos les faltaba algo y obviamente se pusieron manos a la obra y fue cuestión de meses en los que Irina les dio la noticia a todos de que próximamente ella y Flavio se convertirían en padres.

Por su parte Andrea se encontraba cómoda con la vida que estaba llevando, el estar con su familia y el trabajo que hacia en el hostal de Irina y Flavio hacían que se sintiese un poco mas completa, disfrutaba de la vida en aquel pueblo costero en el que ya todos la conocían y le tenían mucha estima, inseparable de su perro Coco seguía con aquel vacío en el pecho que provocaba la ausencia de Samuel, todos los días se preguntaba que era del, como irá la fábrica y que estaría haciendo... seguro que odiándola, pensaba, ya que desde que se marchó hace prácticamente un año no recibía dinero de su parte de las acciones, pero eso era lo de menos, aunque lo mejor para ella era no saber nada de él, ansiaba tener alguna noticia.

Lo que más le dolía es que había pasado un año... un año en el que le había sido imposible olvidar el intenso amor que sentía por él, un año lleno de lágrimas y de conformismo en el que vivía con aquel vacío.

UN AÑO DESPUES

Samuel: No me hagas esto más difícil... vístete y vete, Patricia-se agachó a recoger su bata mientras Patricia figuraba frente a él con un conjunto de encaje verde.

Patricia: el doctor dijo que necesitabas fuertes estímulos, ¡hazme tuya! Seguro empiezas a recordar.

Samuel: no... por favor-ella se acercó tratándolo de besar por la fuerza-¡¡QUE NO!!-la separo bruscamente de él-¡Basta! ¡No siento nada por ti! ¿Entiendes eso?-le tiró la bata al cuerpo y se fue de la casa...

Apenas conocía la ciudad, solo un par de lugares a los que Patricia lo había llevado, caminó un poco hasta llegar a un parque, abatido por la situación se sentó en un banco, metió la cabeza entre sus manos y suspiró fuertemente. Había pasado un año desde su accidente y seguía sin recordar nada, ni una anécdota de su vida, ni una persona, nada... su mente estaba vacía... los únicos recuerdos que albergaba eran los que difícilmente Patricia había creado a su alrededor durante aquel año. Los médicos daban en él un caso perdido, la inflamación de su cerebro había vuelto a la normalidad pero la zona de su memoria seguía bloqueada, habían determinado finalmente que se trataba de una amnesia de carácter permanente, pero él se negaba a tener que vivir así siempre, no era feliz, necesitaba huir e iniciar una vida para ser feliz.

DULCE AROMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora