55. Nos conocemos

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Samuel: sabía que te encontraría aquí-se sentó al lado de Andrea que observaba el atardecer mientras Coco corría por la playa.

Andrea: te sabes mi rutina de memoria ¿eh?-ambos se miraron y él depositó un suave beso en sus labios-no me hago a la idea todavía de que me beses...-sonrió.

Samuel: pues acostúmbrate... necesito hacerlo todos los días...-volvió la vista al frente.

Andrea: tenía muchas ganas de verte después de lo de ayer.

Samuel: ¿Te apetecería otra salida conmigo?

Andrea: es lo que más me apetece-miró sus labios y los acarició-tus labios me vuelven loca.

Samuel: no me digas esas cosas-soltó una pequeña risa.

Andrea: es cierto...-se levantó y se quitó el vestido quedando en bikini-¿vienes?-caminó hacia el mar dejándose envolver por las olas y tras quitarse la camiseta él la siguió metiéndose con ella.

Samuel: está algo fría.

Andrea: ¡Que va!-lo salpicó-eso es que estás poco acostumbrado-siguió salpicándolo-yo te acostumbro-riendo, él se acercó y la tomo de las muñecas tratando de hundirla-¡Para!-soltando puras carcajadas-¡Me agobio, detente!-

Siguieron jugando un buen rato en la playa, Andrea estaba feliz, tenía a Samuel a su lado y todo estaba siendo como antes, sus bromas, sus besos, sus caricias, sus miradas, todo era por parte del mismo Samuel de siempre, pero notaba en él una perturbación interna que no lo dejaba respirar ni disfrutar tranquilo de lo que estaban haciendo. Era mediodía y tomaron la decisión de comer juntos.

Andrea: no debes ser terco con lo de recordar... bien ves que tus recuerdos vienen solos casi siempre, deja que todo fluya.

Samuel: tengo miedo de haber sido mala persona en otra vida-suspiró y agachó la cabeza.

Andrea: no... nunca lo fuiste-de pronto levantó la cabeza mirándola.

Samuel: ¿Entonces si nos conocemos?-ella sonrió.

Andrea: si...-Samuel iba formular la primera pregunta-pero no te diré más, creo que es mejor que recuerdes por ti mismo. Solo te voy a decir que eres una bellísima persona por que no me perdonaría que te atormentases con lo contrario

Samuel: está bien... haremos las cosas a tu manera-sonrió-gracias por ayudarme.

Andrea: Samuel... no tienes que darme las gracias, pero-endureció su rostro-tampoco quiero que me busques o estés así conmigo porque te haga recordar, quiero que lo hagas porque sientas algo por mí.

Samuel: es por tu aroma que te busco... me tiene completamente hechizado, toda tu en tu conjunto-ella se sonrojo.

Andrea: para, me pongo colorada...-quitó la servilleta de sus piernas y la colocó encima de la mesa-¿nos vamos? Tengo que hacer cosas en el hotel...

Samuel: si claro, disculpa, te robo mucho tiempo.

Andrea: sabes que no me importa-ambos pagaron la cuenta y se encaminaron de vuelta al hotel, de pronto él agarró su mano y la entrelazó con la de ella, ella solo sonrió y no dijo nada.

Patricia: ¿Y bien? ¿Para qué me llamaste?-Pablo le hizo un gesto para que se sentase.

Pablo: estuve revisando cada palmo del despacho de la mansión, encontré esto-le mostró un papel-son algunas fórmulas viejas del padre de Andrea, pero podemos reutilizarlas y si nos sale bien mejorarlas.

Patricia: ¿Y crees que las darás mejorado?-soltó una carcajada.

Pablo: menos chistes ¡eh! Hay que mantener esto-ella se levantó-¿hiciste lo que te dije?

DULCE AROMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora