DULCE AROMA

28. Mejor tarde que nunca

Arturo saludo a Sofía y tocó su vientre, después saludo a Andrea y a Samuel y entraron dentro del restaurante, el camarero les indicó una mesa con acceso a un ventanal en el que se veía el exterior, los 4 se sentaron y comenzaron a hablar de su día laboral mientras pedían la cena. Andrea aceptó el plato que le colocaba el camarero en la mesa.

Sofía: ¿entonces tendréis nuevo perfume?

Andrea: si, tardaremos un poco en realizar el lanzamiento por los problemas con el diseño del formato, no termina de convencerme, pero cuando terminemos con todo te avisaré para que nos organices el evento de lanzamiento.

Sofía: ¡Bien! Con vosotros no me va faltar trabajo-aceptó su plato y comenzó a cenar.

Arturo: seguro tienes más clientes Sofía-sonrió-ya hablamos de esa negatividad...-Sofía ladeo la cabeza con una sonrisa.

Sofía: está bien...

Samuel: además, tus eventos con la fábrica servirán para darte a conocer, lo tienes todo para ser un éxito.

Sofía: pues brindemos-alzó su copa de agua-por el buen comienzo de todo-las juntaron al sonido tintineante de las copas y cada uno la llevó a sus labios para tomar un sorbo.

Andrea: bueno y además de eso, ¿cómo te fue con el abogado que te recomendó Samuel?

Sofía: genial, ya comencé con el papeleo y el juzgado buscará a Leonardo para darle la citación, a ver si lo encuentran-endureció el rostro y Arturo posó su mano sobre la de ella, Andrea observó tiernamente el detalle y le dio un codazo a Samuel que entendió perfectamente la indirecta con una sonrisa.

Arturo: todo irá bien, ya lo verás-sonrió y la sonrisa de él la tranquilizó volviendo a probar de su comida.

Sofía: y vosotros ¿Qué?-ambos se miraron con una sonrisa y Samuel entrelazó su mano.

Andrea: aquí estamos...-se dieron un dulce beso en los labios.

Arturo: me alegro que decidierais daros una oportunidad-miró a Samuel-me tenía algo frito eh-Andrea lo golpeó en el brazo.

Andrea: ¡Oye! ¿Qué te pasa?-Samuel pasó un brazo sobre los hombros de su novia.

Samuel: la culpa fue toda mía... no supe ver lo que tenía en mis narices... por poco y pierdo la gran oportunidad de ser feliz-Andrea sonrió encantada por sus palabras.

Sofía: ¿ves? Tienes que buscarte una mujer Arturo... ¿no te dan envidia?-Arturo se sonrojó, todavía no entendía por qué hablar de mujeres con Sofía lo avergonzaba de aquella manera.

El resto de la cena transcurrió con normalidad hasta llegar a la parte del postre en la cual, Sofía decidió darse un antojo... dos... mejor dicho... tres antojos en forma de tarta de chocolate.

Andrea: Sofía... vas a coger un empacho.

Sofía: ¡Que va! Esto está riquísimo, yo aún comía otro trozo.

Arturo, Andrea y Samuel: ¡LA CUENTA!-Sofía los miró enfadada y los tres soltaron una carcajada, el camarero trajo la cuenta y tras la mítica discusión sobre quien la pagaba acabó corriendo por cuenta de Samuel, los cuatro salieron del restaurante y caminaron hacia los coches. Sofía bostezó.

Andrea: Arturo, ¿te importa llevar a Sofía a casa? Es que nosotros aun vamos a tomar algo y... bueno, se ve que tiene sueño.

Arturo: claro, no te preocupes, me encargo de dejarla en casa.

Sofía: si por favor, ya no aguanto mis pies.

Arturo: ¿y si aguantas los 3 trozos de tarta que te tomaste?