3. ¡PESADO!

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Ambos llegaron a la fábrica al mismo tiempo, Samuel entró con normalidad mientras que Andrea se quedó quieta alzando la mirada para ver el edificio, lucía totalmente desmejorado a como lo recordaba, estaba por asegurar que hasta le faltaba brillo, estaba grisáceo y no por el día si no por el ambiente que se respiraba en su alrededor.

Entró y apenas había trabajadores, solo quedaban unos pocos que todavía aguantaban por fidelidad o porqué les urgía el trabajo, subieron a las oficinas en el ascensor y Samuel la miró detenidamente mientras ella mantenía la mirada fija en la puerta del ascensor sin poderse creer lo que estaba viendo, las puertas se abrieron y lo que vio todavía la hundió más, tampoco quedaba actividad en las oficinas y su aspecto estaba desmejorado, también había poco personal. Se quedaron frente a la puerta del despacho que algún día fue de su padre Ignacio, que después fue de Leonardo y que finalmente paso a manos de Samuel.

Samuel: pase-le abrió la puerta y vio todo vacío, solo una mesa, un ordenador, dos sillas, un armario con cajones y un pequeño sofá-como ve está todo manga por hombro...

Andrea: si...-dijo con un hilo de voz.

Samuel:-cogió aire-lo primero que haré será una reunión con todos los empleados para avisar de los cambios de propiedad, afortunadamente su cuñado no dejó muchas deudas por lo que las pagaré sin problemas, por último contrataremos personal y nos pondremos a trabajar duramente en nuevos lanzamientos de perfumes para comercializar y recuperarnos un poco, la publicidad nos ayudará mucho en eso...-observó a Andrea que había perdido la sonrisa-¿Qué se creía? ¿Qué iba ser llegar y besar el santo?-Andrea lo miró.

Andrea: es solo que recordaba todo esto de otra manera.

Samuel: espero que así aprenda la lección que la vida le está dando y que es mejor hacer las cosas personalmente que mandárselas hacer a alguien-dijo duramente.

Andrea: no sea tan duro conmigo... le repito que ya es suficiente, no me mortifique.

Samuel:-respiró fuerte y volvió a sus papeles-Como vamos a ser "socios"-hizo el gesto de las comillas-¿puedo tutearla?

Andrea: si...

Samuel: bien, ¿sabes de decoración?

Andrea: algo sí.

Samuel: pues te encargo esa parte, debo discutir muchos asuntos con mis abogados, asuntos que por el momento tú no estás capacitada para atender.

Andrea: comprendo-se estaba sintiendo muy humillada.

Samuel: te daré el despacho que está al lado del mío, se comunica por esta puerta-señaló y Andrea volteó los ojos resignada a ver a Samuel hasta en la sopa-a mí tampoco me agrada tu cercanía, pero es lo que hay a menos que me quieras vender tus acciones.

Andrea: ni lo sueñes, por mí no habrá problema.

Samuel: bien, puedes gastar lo que quieras en arreglar la apariencia de la empresa, si alguien ve el estado en el que se encuentra nadie nos compraría ni una muestra...

Andrea: ¿Tanto dinero tienes?-Samuel la miro y entrelazó sus manos.

Samuel: tengo una empresa de cosméticos en Miami, la mejor, trabajo con todo: pintalabios, sombra de ojos y muchas cosas más, tengo lo suficiente para permitirme esta expansión-Andrea entreabrió la boca-aunque nunca trabajé con perfumes, me asesoraré sobre el tema y supongo que tu padre tendrá composiciones en algún lado que podremos relanzar de nuevo.

Andrea:-sonrió con nostalgia y se apoyó sobre la mesa recordando-por mi décimo octavo cumpleaños mi padre ideó un perfume que sencillamente era perfecto-Samuel la miró con atención-era una mezcla sencilla de manzana verde con una esencia muy fresca, era una composición básica que cualquiera podría hacer, apenas tenía componentes pero su resultado fue perfecto... le puso mi nombre-sus ojos se humedecieron-solo la hacía para mí, todo el mundo se moría por tenerla, pero nunca estuvo en venta... era exclusiva...

DULCE AROMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora