13. Puerta

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   Me encontré con Lola afuera de la biblioteca, pero al parecer no me vio.

   Ella estaba parada justo frente a la puerta e incluso subió los escalones, y cuando pensé que iría a entrar... Se fue.

   Lola, en vez de entrar a leer uno de los tantos libros que había, se levantó la capucha de su sudadera púrpura, metió las manos en los bolsillos y a paso lento y cabeza gacha se fue alejando de la biblioteca.

   Al rato yo también pegué la media vuelta y me fui porque no tenía nada que hacer.

   Decidí que le preguntaría a Lola sobre esto la próxima vez que la vea, aunque posiblemente me ignore de nuevo.

La biblioteca de las almas solitarias (PB.1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora