43. Incomprendida.

172 31 7
                                    

Dan y yo nos habíamos quedado atrás mientras Lola a un kiosko a por algo se comer. La razón por la que no estábamos en la biblioteca sino en la plaza esa porque Rosalía nos había hechado por hacer tanto escándalo.

―¿Tu hermana siempre fue así de... rara? ―pregunté.

Dan me miró e hizo una mueca, lo que me recordó a mi hermano.

―De hecho no ―respondió monótonamente―. Aunque cuando éramos niños solía andar gritando y corriendo por toda la casa. Luego su carácter se hizo más frío y severo.

Claramente Dan y yo conocíamos a una Lola diferente.

―No me la imagino haciendo ese tipo de cosas.

―Sí, bueno, pero ahora actúa así porque piensa que puede a ganarle a mamá, cuando en realidad no hay nada que ganar o perder.

Esa afirmación me llamó mucho la atención. Parecía que Dan estaba viendo algo más de lo que Lola o yo podíamos ver.

―¿Cómo?

―Lola cree que mamá es un monstruo, que es mala y eso, pero ella solo es incomprendida: yo mismo le pedí que me llevara consigo, pero aceptó a regañadientes.

Lo que estaba escuchando difería bastante de lo que su hemana me contó aquella vez.

Justo entonces, Lola llegó con la compra y Dan pareció encerrarse en sí mismo.

La biblioteca de las almas solitarias (PB.1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora