46. Dormir.

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   Hoy Lola había venido sola, alegando que su hermano estaba atestado de tarea.

   Como sea, ella se sentó en el sofá doble ―el mismo en el que yo estaba― y tomó un libro al azar y ojeó; yo, por mi parte, continué con mi resumen sobre la mitosis. Tenía que estudiarlo para mañana y, seamos sinceros, no entendía una mierda.

   De repente me sentí más pesado de lo que realmente era: Lola se había dormido encima de mi hombro.

   La dejé ser, después de todo, yo también tenía sueño...

   Rosalía nos despertó porque la biblioteca ya iba a cerrar. Habíamos dormido más de dos horas.

   ...Está demás decir que me fue para la mierda en el examen.

La biblioteca de las almas solitarias (PB.1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora