La alegría fue reemplazada por el luto y al caer la noche la oscuridad fue extinguida por la luz tenue de unas cuantas hogueras esparcidas por las calles.
El río sonaba y era acompañado por el tenue tronar de la madera al fuego, Miriam y yo estábamos sentados frente al río, en la oscuridad.
-¿Cómo sabías que te plan funcionaria? -me pregunto de la nada.
-pues -la verdad no supe que contestarle, ella todavía creía que fue un plan que funcionó por el bien de esta historia, intente hablar para contarle una mentira pero me quede mudo cuando la luz de la luna se reflejó en el agua e iluminó su cara con una gama de azules danzantes-... nunca lo supe, sólo creía que pasaría, ummm... no lo sé.
-sabía que no podías hacer algo como eso -me contestó e hizo un movimiento algo brusco, como si quisiera abalanzarse a mí pero algo la detuviera.
Me sentía mal, tal vez no me festejarían de esta manera y estuviera con los cuerpos tirados si se enterarán que lo iba a hacer.
-Vanpurrr -oí a la voz de aquella niña a nuestras espaldas que hablaba entre algo así como ronroneos-, mi papa quieren verte -nos dijo al momento de darme la vuelta y acabo su oración de una manera tan abrupta como si hubiera olvidado lo que tenía que decir.
-creo que su papá quiere verte -me dijo Miriam volteando a verla.
Estaba tan ensimismado que no había entendido lo que la niña me había dicho hasta que Miriam me lo aclaró y aún así no sabía que responder.
Al no tener una respuestas clara la niña me recogió la mano del suelo y me empezó a jalar hasta que me puse de pie y de ahí me siguió jalando para que la siguiera, Miriam no hizo más que reírse de la pequeña niña; deje de oír su risa melodiosa (nótese el sarcasmo) hasta que ya estábamos lo suficientemente lejos.
Laúd me llevo hasta una pequeña casa que al momento reconocí, era la casa donde me había despertado hace unas horas.
-miu papa esta en el adentro -me dijo la niña cuando me soltó-, adentro -me invitó a pasar abriéndome la improvisada puerta. Entre y Laúd se quedó afuera, cerrando.
Cuando entre me abrazó un calor y un olor dulce, tan dulce como el té que estaba tomando Miriam cuando desperté, pero ahora se me hacía un olor tan agradable. Inhale profundamente para saborear todo lo que pudiera el olor y exhale.
-VanCrespo -me saludó una voz diciendo mi nombre de corrido-, me alegra conocerte y que aceptaras la invitación de mi hija.
De entre unas cortinas roídas salió un hombre ya viejo, con los mechones blancos que caían por su cara y se pegaban a la misma como pequeños hilitos de agua, vestía de una manera muy gallarda y vistosa con un camisón blanco de pieza única que caía hasta sus tobillos, estaba adornada con lentejuelas y casquillos de bala usados, increíblemente en su cara no se veían rastros de edad fuera de unas marcas de expresión bien dibujadas sobre una piel morena como el cobre pulido, aunque por su forma de hablar y de moverse puedo decir que tiene una cuarta parte de mi edad al cuadrado.
-pues... me trajo antes de que pudiera aceptar -le conteste sin moverme ni un metro de la entrada.
-es una niña algo impaciente -me replicó planchando con sus manos su camisón haciendo sonar sus lentejuelas y casquillos como campanillas, al ver que no entraba se acercó a mi diciendo:-. Pero pasa niño, que ya no sacrificamos jóvenes.
Me reí algo nervioso y camine hacia adentro de la pequeña casa que se veía tan diferente, en especial porqué ahora tenía un pequeño fuego, con un traste en el centro, que la iluminaba con una luz tan cálida y suave.
ESTÁS LEYENDO
PERFECT [Terminado]
AçãoVan, un chico de 18 años que nació en un país sin gobierno sumido en una guerra eterna por la supervivencia de cada individuo, se ve metido en la búsqueda de una chica extranjera llamada Miriam que quiere regresar a su país pasando la mortal fronter...