Capítulo 32

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Froto mi cara y mis brazos con el agua del lavabo, intentando quitarme la sangre de encima, lo hago con tanta fuerza que creo que me hago incluso algún que otro arañazo. Después, me quito el vestido y hago lo mismo, el líquido rojo se mezcla con el agua y desaparece por el sumidero.

Tras desvestirme, me meto en la ducha e intento limpiarme lo mejor que puedo. Llevaba muchísimos días sin sentir los chorros sobre mi cuerpo, pero esta vez ya no son tan relajantes como de costumbre, sino que me tensan más de lo que ya estoy.

Aaron y Eric me han acompañado a cavar tumbas para Spencer y Olivia, a pesar de que les insistí para que no lo hicieran. Con lágrimas en los ojos mientras les enterrábamos no hemos podido decir mucho, pero estoy dispuesta a hacerlo en cuanto me calme un poco.

Envuelvo mi cuerpo con una toalla mientras me seco el pelo con otra, más tarde voy a mi habitación a vestirme con algo que no sea ese estúpido vestido negro. Me sorprendo al ver que la ropa me queda algo holgada, aunque sin haber comido apenas estos últimos días no es extraño. Termino y bajo las escaleras con absoluta tranquilidad, como si nunca quisiera llegar abajo. Me dirijo hacia el salón de la casa de Aaron y Eric, ellos me esperan sentados en el gran sofá de este. Babieca y Ben juegan en la calle, pues después de lo ocurrido con el niño la última vez que estuve con él, he preferido hablar con mis amigos a solas, más tarde tendría tiempo para estar con él.

Cojo una silla y la arrastro hasta colocarla frente a ellos, me siento y llevo mis codos a mis rodillas para apoyarme en mis brazos, intentando pensar en lo que debo decir, sin embargo, Aaron es más rápido.

-Puedes quedarte aquí el tiempo que necesites.

Siento alivio al escucharle decir eso, porque, aunque me avergüence admitirlo, le he cogido miedo a dormir sola. Asiento agradeciéndole el gesto, mas no digo ni una sola palabra, estoy algo bloqueada.

-Si quieres que te dejemos tranquila, no importa, dilo, solo queremos que estés lo más a gusto posi...

-No...-susurro, cabizbaja.-Yo... No sé qué quiero.

Los dos me miran en silencio, queriendo saber más, supongo que ese es el empujón que necesito para comenzar a desahogarme.

-Estos días lo único que quería era morirme, a cada segundo la idea rondaba mi mente y no se escapaba jamás. La gente de ese lugar, todos y cada uno de ellos, parecía una horda de caminantes dirigida por Negan, y yo no quería convertirme en eso, así que no vi otra opción. Supongo que jamás pensé en la idea de que él me traería de vuelta aquí, no después de la última vez, por eso ahora, después de no haber pensado en otra cosa aparte de acabar con mi vida, no sé qué quiero. Lo único que sé es que acabaré con los Salvadores, da igual cuánto tarde o qué pueda pasarme, porque aunque no sepa si es lo que quiero, lo haré.

La casa vuelve a quedar en silencio, no uno incómodo, pero silencio al fin y al cabo. Los chicos se pasan las manos por la cabeza y más tarde Eric rompe el hielo.

-Vamos a ayudarte.

Abro los ojos ligeramente sorprendida por sus palabras.

-¿Qué?

-Vamos a ayudarte.-repite él.-No solo nosotros, Rick, Michonne, Carl, Tara... Todos queremos luchar contra Negan, lo haremos, April, y ganaremos.

Algo parecido a una sonrisa se forma en mi rostro, me levanto de la silla y me acerco a ellos para abrazarles.

-Os he echado de menos, muchísimo.-confieso. Después miro a Aaron y con cuidado rozo una de las heridas que tiene en el rostro, recordando la paliza que le han pegado.-Siento tanto todo esto...

Until Death Do Us Apart |Daryl Dixon|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora