Capítulo 12

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-¡April, corre!

Ni Eugene ni yo hemos dicho nada en todo el rato que llevamos escondidos tras un panel, nos hemos dado la mano y miramos a nuestros lados vigilando que los caminantes que entran a la comunidad no se dirijan hacia nosotros. De pronto, un walkie-talkie que hay tirado a nuestros pies se conecta y escuchamos una voz.

-Rick, ¿me recibes? ¿Me oye alguien?

Eugene lo coge rápidamente y va a contestar cuando ambos nos damos cuenta de que un grupo de caminantes nos empieza a rodear. Por suerte, Rosita y Tara les diparan y vienen hacia nosotros, cada una coge a uno y juntos echamos a correr hasta llegar a un garaje abierto, solo pasan milésimas de segundo entre que cerramos la puerta y la llegada de los caminantes, por suerte ninguno de nosotros tenemos mordiscos ni arañazos. Todos nos miramos sin estar muy seguros de lo que hacer, Rosita se sienta en una silla del garaje y apoya sus codos en la mesa a su lado, poniéndose las manos en la cabeza y retirándose a pensar; Eugene va hacia una estantería y coge un libro sobre la historia del mundo, encuentra también un mechero y lo enciende para intentar ver mejor; Tara simplemente se apoya en una de las paredes y observa en silencio los numerosos pares de manos que golpean los cristales de la puerta. No entiendo cómo pueden estar tan tranquilos, al menos eso es lo que me dan a entender con su actitud, yo quiero ponerme a chillar y a llorar de miedo, además está la voz del walkie... Juraría que era la de Daryl.

-La mayoría consiguieron llegar a sus casas.-comenta Tara intentando animarnos. En cierto modo lo consigue, es un alivio saber que al menos no hay muertos por el momento, sin embargo a cada segundo que pasa un dolor se empieza a hacer presente en mi vientre y sé que no es por el wishky de anoche.

-¿Crees que es el fin?-pregunta de pronto Rosita.

No, por favor, dime que una de las mujeres más valientes que he conocido hasta ahora no está diciendo eso. Joder, hasta sus amigos la miran extrañados.

-¿Qué?-responde Tara.

-Si es el final de este sitio.

-No, tenemos que ganárnoslo, todos,-dice mirando al chico, que rápidamente agacha la cabeza y vuelve a su lectura. Creo que he confundido su timidez con su cobardía, pero no puedo juzgarle, en este momento soy yo la que quiere salir corriendo de todo esto.-ya sea esperando, sabiendo que están a salvo y aguantando, o peleando. Un sitio así tiene que tener un precio.

-¿Y no lo hemos pagado, Tara?

La chica se encoge de hombros intentando sonreir.

-Parece que no.

Todos nos quedamos en silencio, quiero intervenir en esto, pero no sé qué decir.

-Creo que Abraham está muerto,-suelta de pronto Rosita.-no lo ha conseguido.

-¿Quién es Abraham?

Mi pregunta pilla desprevenidos a los tres que me acompañan, que parecen darse cuenta por fin de que yo no soy de los suyos.

-Abraham es el novio de Rosita,-me explica Tara-es pelirrojo y muy grande, si no te suena es que aun no le has visto. Salió con el resto a alejar a los caminantes y todavía no ha vuelto, pero lo hará. No está muerto.

-¿Cómo lo sabes?-continúa la de la gorra.

-Porque no lo he visto, da igual lo que creas, no lo está. Y este no es el fin de este pueblo.-Rosita no parece segura de lo que su amiga le dice, pero Tara insiste.-Eh, estamos aquí así que, ¿qué vas a hacer?

La chica se queda pensativa, pero no tarda muchos segundos en responder.

-Voy a entrar,-dice refiriéndose a la casa en cuyo garaje nos encontramos.- a ver qué pasa al otro lado. Abriré de un disparo.

Until Death Do Us Apart |Daryl Dixon|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora