Capítulo 40

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Me despierto y sonrío al ver a Daryl a mi lado. Debe estar agotado, no hemos dormido mucho últimamente. No me levanto, quiero apreciar las preciosas vistas un rato más, tengo muchísimas ganas de acariciarle, pero eso lo despertaría, así que me quedo con las ganas. Pasan unos minutos hasta que abre los ojos, cuando lo hace también sonríe, nuestros ojos azules se encuentran y brillan. Por fin, deslizo mi mano hasta su cara, acaricio su mejilla y mis dedos se enredan en su pelo, él lleva su mano a mi espalda desnuda y traza pequeños círculos en ella con sus nudillos.

-Buenos días.-susurro con voz ronca.

Llevo mi rostro al suyo y le rozo con mi nariz, haciéndole ronronear. Ojalá pudiera quedarme así el resto de mi vida.

-Deberíamos salir de la cama...-digo después de unos minutos.

-Tal vez ayudemos más quedándonos aquí.

-Daryl...

Él suspira y nos quita la sábana de encima, yo le beso y me levanto antes de que pueda agarrarme con su brazo y devolverme a su lado. Me visto rápidamente y me recojo el pelo en una coleta, después quito la ropa de Daryl del suelo y se la echo encima.

-Deberías darte una ducha, ya sabes, para dejar de oler a caminante.-digo, él se ríe.

-¿Te ducharás conmigo?

-Puede, pero no hoy, tenemos que prepararnos.

Al fin, se levanta y se viste, ambos salimos de casa dados de la mano.

Los del vertedero ya han venido, han traído unas bicicletas y camiones de la basura, qué acogedor. Rick nos ve y se acerca a nosotros.

-Ha llegado el día.-dice, mirándonos con una sonrisa.

-Ha llegado el día.-le digo devolviéndole el gesto.

-Aaron y Rosita están en el camión de la entrada preparando la dinamita. Daryl, deberías ayudarles, tú ven conmigo, April.

Asentimos y seguimos sus órdenes. Mientras caminamos, Rick no para de mirarme.

-¿Va todo bien?-pregunto.

-Nunca has participado en algo así, ¿verdad?

-Nadie aquí lo ha hecho, ¿vosotros sí?

-Sí, antes de venir aquí.

-¿Y qué pasó?

-Perdimos el lugar y a mucha gente, nuestro grupo se separó durante un tiempo, logramos reunirnos para venir aquí.

-Hoy también morirá gente, ¿cierto?

-Me gustaría que no fuera así, pero...

-Pero es inevitable.

-Así es. Oye, cuando lleguemos al Santuario nos encargaremos de encontrar a tus hermanos y de que te quedes con ellos hasta que todo termine, ¿de acuerdo?

-Gracias, Rick, por todo.

-No tienes que agradecerme nada, ya lo sabes, eres de nuestra familia.

Llegamos a la armería, Rick empieza a husmear entre las armas y saca un par de escopetas que no podría nombrar, lo único que sé es que cuando me las da observo que parecen iguales, y muy buenas.

-Las reservé para Daryl y para ti, os defenderéis bien con ellas. Si las cosas empiezan a ir mal ahí fuera, necesito que te lleves a la mayor cantidad de niños posibles y a cualquier otro alexandrino en apuros a la iglesia, dispara a cualquier obstáculo que haya en el camino.

-Lo haré.

-La gente se está colocando en sus puestos ya. Tú estarás en la entrada con Daryl, hemos colocado un coche como escudo.

Until Death Do Us Apart |Daryl Dixon|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora