Capítulo 1

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2 años después

-April, despierta, despierta...

Abro los ojos de golpe cuando unos brazos me sacuden fuertemente. Primero miro hacia la ventana, por la que aun veo oscuridad. Después me fijo en Aaron, quien me observa preocupado. Al apartar un mechón de pelo de mi frente me doy cuenta de que estoy empapada en sudor.

-¿Has vuelto a tener una pesadilla?

Asiento levemente. Una noche más, he vuelto a soñar con aquel día, con esos momentos en los que fui abandonando a la gente a la que quería. Aunque supongo que no todo fue malo, al menos le conocí a él, a mi mejor amigo.

-Creo que deberías ir a ver a Denise para que te aconseje sobre qué hacer.

-Denise no es médico.

-Te ayudará más que un médico.

Suspiro. Sí, quizás deba ir a hablar con ella.

-Hoy Eric y yo vamos a ir en busca de ese grupo del que te hablé. Hubiésemos ido anoche, pero ya sabes que con la tormenta...

-¿Por qué me lo cuentas a mí?

-Quería proponerte que vinieras.

-Ya sabes que yo no he salido nunca de aquí.

-Por eso quiero que vengas. Sé que practicas a diario con el machete, quizás ya sea hora de que lo vuelvas a utilizar de verdad.

Le miro fijamente, la verdad es que en realidad tengo muchas ganas de ir, pero no puedo hacerlo.

-Aaron, te agradezco mucho la invitación, pero estoy mejor aquí dentro, segura tras los muros, ya sabes.

-De acuerdo, pero recuerda que tarde o temprano tendrás que salir ahí fuera y enfrentarte a las cosas de las que intentas huir.

-Te prometo que en cuanto esté preparada iré con vosotros.

-Está bien.-dice dándose por vencido.-Nos vemos esta noche.

Besa mi frente y se marcha. Cuando me aseguro de que ya no puede verme, me visto y guardo mi machete en el cinturón que llevo puesto.

Salir a las calles de Alexandría es siempre el regreso a la vida de antes. Hombres y mujeres charlando entre ellos, niños correteando y riendo, e incluso algún pajarillo subido a la rama de un árbol que canta durante toda la mañana. Jessie y su hijo Sam me saludan cuando paso junto a su casa, y yo les devuelvo el gesto sonriendo. Cuando llego a mi destino, grito fuertemente:

-¡Enid, tenemos que irnos!

Una cabeza se asoma por la ventana de la gran casa que tengo frente a mí, pero no es la de mi amiga, sino la de su estúpido novio.

-Ron, dile a tu novia que se vista de una vez, si no está lista en cinco minutos me largaré sin ella.

El chico me saca el dedo con cara de pocos amigos, seguramente porque haya jodido su perfecto momento de amor, y yo me limito a sonreir satisfecha. Exactamente cinco minutos después, Enid aparece por la puerta.

-Ya me podías haber dicho que hoy no te venía bien quedar conmigo.

-Cállate y vámonos ya.-contesta ella riendo e imitando el gesto de su novio.

Ambas cruzamos todo el pueblo y llegamos a una parte del muro con tan poca vigilancia que podemos escalar y pasar al otro lado sin que nadie se dé cuenta.

Conozco a Enid desde hace poco. Ella vino hace ocho meses, y desde entonces nos hemos hecho buenas amigas. Cuando Aaron y Eric se marchan a reclutar gente, salimos al bosque para matar a todos los herrantes que nos encontremos para que no lleguen al pueblo. La verdad es que hace mucho tiempo que no van, y me asusta un poco la idea de que les pase algo, pero ellos son unos expertos, no hay de qué preocuparse.  Nadie sabe lo que mi amiga y yo hacemos excepto Ron, quien nos pilló hace un par de meses, y aunque no sea la persona más agradable que conozco, sé que no lo contará. Me sienta mal no decirle nada a Aaron, pero si se lo contara no le haría demasiada gracia.

Until Death Do Us Apart |Daryl Dixon|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora