Capítulo 10

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¿Amor?

Al final ya no había arrepentimiento para el pobre compositor que obtuvo el papel de chofer turístico para el ruidoso grupo que ocupaba los asientos traseros del coche

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Al final ya no había arrepentimiento para el pobre compositor que obtuvo el papel de chofer turístico para el ruidoso grupo que ocupaba los asientos traseros del coche. Esto lo sacaba por completo de su rutina pero después de un tiempo yendo de un lado a otro era claro que el hambre atacaría en cualquier momento; igualmente no tuvo quejas ya que pudo haberse negado desde el comienzo a no ser parte de sus planes, suponía que hacer algo distinto no le vendría tan mal, conocía a esas personas pero ¿qué eran para él? No quería atribuirles algún título como "amigos" porque aunque suene un poco frío era la clase de persona que creía que los demás no permanecen al lado de uno para siempre; no le gustaba la sensación de sentirse vulnerable ante alguien que se gane su aprecio y confianza sin saber qué podría ocurrir en el día de mañana. La soledad le puede traer a uno fortaleza, una fortaleza que te mantenga centrado en responsabilidades y solamente sea un mundo propio creado para no lastimar ni salir lastimado... ¿cuándo habrá sido el instante en que su vida se convirtió en un océano congelado invadido de notas musicales? Sin embargo, las personas nunca podrán escapar a lo que significa la calidez de otro ser porque aunque las personas no sean parte de su círculo, Makkachin sí lo era y no era una simple mascota, era su familia, ¿alguna vez se imaginó que los perros no viven para siempre?

Seguramente Victor aún no quería ser consciente de que en realidad no le gustaba estar solo, lo creía así porque era la única manera de poder seguir viviendo como lo venía haciendo hasta ahora pero a su tiempo lo comprendería, comprendería que hay personas que una vez que entran ya no es fácil continuar mirando a direcciones opuestas.

—¡Muero de hambre! —Se quejaba Mila junto al grupo que ingresaba a un coqueto café/restaurante.

—Pero si fuiste tú la que no dejaba de insistir de ir a un lado a otro, como si no conocieras tu propia ciudad. —le respondía malhumorado el rubio más hambriento que ella.

—No te quejes, además Yuri y Otabek pudieron apreciar más la ciudad y Victor no tuvo ningún problema en llevarnos ¿verdad, Victor? —Se acercó sonriente al compositor esperando una respuesta más positiva que la de su compañero enojón.

—No se acostumbren —Le devolvió la sonrisa un poco sarcástico y acariciando a su can para que se acostara a un lado de su silla.

—Mila siempre tiene energía aunque esté practicando toda la mañana. —dijo Yuri como un cumplido y a la vez ya exhausto por tanto viaje, deseaba poder comer y llegar al apartamento para darse una relajante ducha.

—Había visto fotos pero la ciudad vista con propios ojos es mucho más increíble. —Mencionó Otabek a medida de que cada uno se ubicaba en un asiento alrededor de una de las mesas.

—¿Verdad? Lo bueno de que no tengamos rascacielos es que se aprecia mejor el cielo. —Agregó la muchacha con el menú de comidas en sus manos para revisar los platillos.

—Por lo menos no vinieron en invierno, todo el día esta gris y nevando —Yurio sostenía otro menú y Otabek se asomaba cerca suyo para verlo también lo que provocaba que el pequeño ruso buscara alejarse disimuladamente para no ponerse nervioso.

La Melodía Incompleta. - [ Victuuri / Fanfic ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora