Capítulo 40

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Las melodías completas.

Los días posteriores resultaron los más complicados de sobrellevar, uno en Rusia, el otro el Japón; por supuesto que Yuri se había enterado de lo ocurrido con aquel accidente en el río Neva, se moría por querer comunicarse con Victor y saber los d...

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Los días posteriores resultaron los más complicados de sobrellevar, uno en Rusia, el otro el Japón; por supuesto que Yuri se había enterado de lo ocurrido con aquel accidente en el río Neva, se moría por querer comunicarse con Victor y saber los detalles, pero sus compañeros se tomaron el trabajo de querer dejarlo tranquilo en que él estaba bien, que más allá de la pérdida del coche no había ocurrido. Aún así, su preocupación era demasiada y no podía ponerse en contacto con el ruso ya que terminó perdiendo su móvil en aquel percance. Saber que estaba sano era su único consuelo.

¿Qué lo había llevado a tal accidente? Los rumores circulaban en relación a ser el mismo del cual sufrió en su niñez, claro que una noticia como esa investigarían hasta en los detalles más sospechosos. Yuri no creía que aquel accidente haya ocurrido al propósito, no creía que Victor fuese capaz, si no escuchaba de sus propios labios cómo ocurrió, ignoraría cualquier historia por medios ajenos.

¿Cuándo lograría verlo? La idea era que Victor decidiera hacerlo por su propia cuenta, ¿pero ocurriría?

Yuri continuaba en sus entrenamientos rutinarios, callando su mente y esforzándose en dar lo mejor de sí con sus programas y hasta buscando alternativas de música si no conseguía obtener la segunda melodía para competir. De algo podía sacar una enseñanza de toda su vivencia en Rusia, que con motivación y llevar tus emociones a un nuevo nivel, uno podía conseguir grandes cosas. Victor tenía razón sobre ello, al igual que una vez Yurio le mencionó, las melodías de Victor no hacían ganar a nadie, no eran mágicas, lograban sacar del patinador una emoción tan poderosa que terminaban complementándose. Al no ser una melodía cualquiera, por supuesto que se volvía única, pero si el patinador no podía expresar nada, se volvía una melodía sin significado, bonita, como cualquiera que eligiera para un programa.

Yuri tenía más confianza, pese a eso, deseaba lograr patinar las melodías de Victor, era lo que deseaba y seguía deseándolo. No significaría que se quedase sentado si no lo conseguía, era un profesional, un patinador, lo tenía bien en claro.

Por otro lado, Victor obtuvo el alta del hospital al salir bien sus estudios médicos, regresó a su vida de siempre y continuó yendo al estudio de grabación, con el equipo de composición y trabajando duro.

El ruso parecía una persona totalmente renacida, algunos lo atribuyeron que al estar cerca de la muerte eligiera disfrutar más de la vida, sonreía más, jugaba algunas bromas y ya no era tan estricto como antes. Su profesionalismo no cambiaba y sacaba lo mejor de sí a cada persona que trabajaba con él, no obstante, se notaba su aura calma, como si realmente ahora estuviese divirtiéndose con lo que hacía.

Dos personas que encontraron lo que habían perdido, ya sea motivación, confianza, vencer miedos, ambos crecieron de cierta manera. Encontrarse mutuamente logró que ese límite que cada uno se marcaba, de poco, se rompiera, como si en vez de luchas contra el agua ahora simplemente disfrutaran de ese viaje levantando su vista al cielo y disipándose cada nube gris que le impidiera ver con claridad su futuro.

La Melodía Incompleta. - [ Victuuri / Fanfic ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora