Capítulo 33

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Hasta entonces, quédate cerca de mi...

En el complejo de patinaje, Yurio aún no finalizaba su confrontación con su madre que pese a que las cosas hayan marchado de forma beneficiosa eso no quitaba el hecho de que ella había estado trabajando a espalda suya con el tema de su melodía, de...

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En el complejo de patinaje, Yurio aún no finalizaba su confrontación con su madre que pese a que las cosas hayan marchado de forma beneficiosa eso no quitaba el hecho de que ella había estado trabajando a espalda suya con el tema de su melodía, de haberlo sabido antes, era claro que él se opondría para que no se involucrara pero que se lo ocultara tampoco era agradable; que su relación se haya o no aclarado un poco no significaba que pudiera actuar así.

—¿Entonces? ¿Por qué trabajaste con Victor con mi melodía? ¿Tú se lo pediste? —observaba el rubio a su madre que aguardaba sentada y con cierta culpa.

—No es que yo se lo haya pedido. Él sabía que entre nosotros no funcionaban las cosas y yo era una de las razones de tu falta de concentración en el hielo. Lo más seguro es que haya querido plasmar un tipo de conexión entre mi voz y tu mensaje. Pero eso no quiere decir que sea necesaria, a Victor le pareció bueno que yo escriba tu melodía pero estaba esperando a que tú pudieras crearla con tus patines primero —unió sus manos y las presionó con tensión—. Me hizo muy feliz poder ser parte de un trabajo así, esté o no mi voz, es tú melodía, es lo que Victor compuso. Que tu mente sanara por el odio que llevabas por tanto tiempo hacia mí es que lograste expresar tu mensaje a cada persona que forma en tu vida —se colocó de pie ante el silencio juzgable de su hijo—. Si aún puedes reconocer mi voz en tu melodía y no es de tu agrado, puedes pedir que lo graben con otra persona, no deja de perder su esencia...

Los demás patinadores, hasta Yakov, permanecieron callados siendo espectadores de esa charla. No es que luciera como una pelea pero esperaban que la situación no regresara a tonos pasados y eche a perder todo el trabajo.

—No seas tonta —respondió prepotente—. Sería imposible poder imaginarme esa melodía con otra voz. Solo me irrita que te arriesgaras así sin saber si posiblemente yo llegase a odiar que te hayas metido; de igual manera, esto solo funcionó, como bien dices, porque he dejado mi odio a un lado.

—¿Eso quiere decir...?

—Que no vuelvas a hacer algo así, nada a mis espaldas si me involucran. Esta vez funcionó, me gusta la melodía, es suave, tranquila, tal cual lo buscaba y aunque la voz se oyera diferente a la tuya, fue instantáneo que reconociera que te pertenecía.

—¿Pero cómo? Me has escuchado hablar pero nunca cantar, las voces suelen ser diferentes en el canto, ¿cómo has podido reconocerme? —preguntó inquieta.

Yurio apartó su mirada, con su móvil en mano y mantuvo el silencio por un par de segundos, ni siquiera él poseía una respuesta acertada, simplemente lo sabía. Sin importar que tan editada resonara, el timbre, el color de una voz no puede cambiarse. Él nunca fue una persona que le diera un gran valor a los sonidos, reconocía que la forma de trabajar de Victor en hacer nacer un sonido del silencio era increíble, que lograra darte la melodía que tus pies buscaban, era increíble. Pero con esta melodía en concreto entendía cuan especial y significativo era el trabajo y cuánto logró conectarse con su mensaje; porque ese ágape que se unía a sus amigos, a su pareja, compañeros, familia y con ese cavo suelto que significaba su madre, ¿qué mejor para dar superación a ese obstáculo que la esencia de ella en la misma canción? Ahora lo comprendía, era el sonido del canto que una vez logró escuchar en su infancia, hay sonidos o voces que nunca se consiguen olvidar, estén de forma consciente o inconsciente, remueven recuerdos tan profundos que te hacen percatar de cosas importantes de las que aferrarse. Quizás era así también para Yuri y Stammi Vicino, un sonido que nunca se logra olvidar aunque pasen los años.

La Melodía Incompleta. - [ Victuuri / Fanfic ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora