Capítulo 23

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Despertar del deseo.

En la caminata en la que ambos muchachos se dirigían a su respectivo hogar, Yuri se había encargado de avisarle con una llamada a su compañera por el hallazgo de Makkachin sano y salvo; eso fue de mucho alivio aunque no le dio gran detalle de la r...

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En la caminata en la que ambos muchachos se dirigían a su respectivo hogar, Yuri se había encargado de avisarle con una llamada a su compañera por el hallazgo de Makkachin sano y salvo; eso fue de mucho alivio aunque no le dio gran detalle de la razón por la que el can se había alejado.

Por otro lado, Victor no era una mala persona, demostraba el aprecio a personas en concreto a su manera aunque le trajera conflictos de hasta qué punto era bueno mantener cierta distancia hacia los demás. Si él no se hubiese encontrado con su antigua niñera, la persona a la que consideraba como su abuela, por coincidencia, era lo más probable que nunca le haya ido a visitar por su continuo estado en su vieja casa. ¿Pero por qué? Consideró venderla, consideró regalarla, todo para mantenerla como un pasaje en su pasado al cual nunca volver a pisar, ¿eso se consideraría "superar" un problema? Si alguien perdiera sus padres, se comprendería el dolor y pena que arrastrase, pero ¿qué había en eso que resultaba tan dramático y poco tolerable para el compositor? ¿Qué pudo haber ocurrido que provocara preferir hundirse en una soledad de notas musicales?

Al llegar al piso, Victor se quitó sus zapatos e ingresó un poco exhausto en dirección a su piano de la sala. Makkachin se dirigió directamente a su plato de comida y mientras Yuri acomodaba los zapatos de la entrada, se quitaba su abrigo para sentirse más cómodo.

—¿Quieres cenar algo en específico? —Preguntó siguiendo con su mirada la imagen del platinado.

—Mmm —se dejó caer con su peso sobre la silla frente al gran instrumento —. Puedes hacer lo que quieras, ¿te sientes del todo recuperado de tu resfrío?

—No te preocupes por eso, ya estoy bien —sus ojos continuaban pegados a la figura distante de esa persona que proseguía a ordenar papeles con intenciones de practicar con su piano—. Me pregunto si Otabek ya habrá tomado su vuelo, seguro Yurio se sentirá un poco solo con su partida, ¿no lo crees?

—Tal vez.

Victor estaba pensativo, no es que ignorara la conversación del pelinegro pero ya era usual en él marcar esa especie de burbuja para aclarar sus ideas; de igual manera se notaba esa ligera diferencia de estar atento a palabras ajenas, no sentía la necesidad ni el agrado de creer que aislarse en sí mismo fuese lo más ideal. La existencia de Yuri la veía como parte de aquel lugar y seguramente, pese a no estar pensándolo ahora, notaría la ausencia cuando llegase el día en que se tuviese que marchar.

Era imposible para aquel muchacho, que observaba a ese reflexivo hombre, no captar en sus anhelos ese impulso de querer involucrarse en un terreno mucho más profundo, uno que se escapara a la simple relación de trabajo o sea lo que fuese esa conexión sin nombre que crearon. Todavía poseía sus pies en el agua, en esa orilla del cual desconocía qué habría más allá del límite, de ese oscuro lugar cuyo compositor se resguardaba. Así lo percibía en su figura, sentado con manos en las teclas con intensión de dejarse arrastrar nuevamente por las notas musicales.

La Melodía Incompleta. - [ Victuuri / Fanfic ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora