Capítulo 20

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Fotografía.

Como no era inusual en la alegría e impertinencia de la joven patinadora, Mila apareció a primeras horas del amanecer para ejercer una ruidosa visita a la vivienda de Lilia

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Como no era inusual en la alegría e impertinencia de la joven patinadora, Mila apareció a primeras horas del amanecer para ejercer una ruidosa visita a la vivienda de Lilia. Ella sabía que Otabek iba a intentar hablar con Yurio, al que consideraba uno de los más cercanos en su vida, por lo que esperaba que al final no haya fracasado es su cometido. Quizás se estaba preocupando demasiado pero nunca había visto enojarse al ruso de tal manera, su carácter siempre fue complicado e irritable aunque en los últimos meses se lo haya estado viendo con mayor tranquilidad. Captaba cómo la influencia de otras personas habían ayudado a Yurio a tomarse las cosas con más calma por eso si él se alejaba o creaba problemas era claro de que le afectarían negativamente en su trabajo. El rubio aún era un muchacho en la flor de la juventud, necesitado de afecto pero también requerible que cometa errores para aprender de ellos. Uno de esos era el herir a un amigo, no se comprende la gravedad de sentir dolor al lastimar al otro si no se crea lazos con anterioridad.

—Claro, me encantaría quedarme a desayunar.

Se oyó la voz de Mila afuera de la habitación de Yurio. Lilia preparaba el desayuno en la cocina.

Luego, los pasos se escucharon con mayor ruido acercándose a la habitación del joven; sin permiso y ocasionando el mayor alboroto posible, la muchacha abrió la puerta de par en par para sacar de la cama a su compañero.

—¡Yurio! ¡Hora de levantarse! —exclamó encendiendo las luces y llevándose la sorpresa de que el muchacho no estaba solo.

La escena parecía repetirse como la primera vez que encontró a Otabek aprisionando al ruso mientras dormía, en aquella ocasión la situación se había desarrollado de forma muy cómica y con claro descontento de Yurio que sentía que se estaba burlando de él al haberle sacado del sillón para compartir la cama; el suceso se podía apreciar pero con extrema diferencia. Ahora, ambos se abrazaban mutuamente con sutiles movimientos de acurrucamiento. Mila sintió pena de tener que despertarlos pero aprovechó a actualizar sus fotos, de un gatito furioso a un gatito domesticado. No podía evitar reírse internamente y preparar todo un combo de bromas una vez abrieran sus ojos.

—Mmm...—de a poco, el ruso fue abriendo sus ojos sonriendo a la par de sentir el calor y aroma del kazajo. Deseaba poder despertar todos los días con esa sensación aunque era imposible.

Entonces, el lente de un móvil se asomó por sobre el hombro de Otabek provocando que inevitablemente Yurio se separara del muchacho.

—¡Mila! —exclamó con tartamudeo excesivo.

—Se veían tan lindos —pronunció con un tono de voz infantil— ¿Entonces ya te tranquilizaste? ¿Qué ocurrió entre ustedes dos? ¡¿Acaso sucedió algo romántico!? —Exagerando sus expresiones comenzó a reaccionar alterada por saber todo entre sus dos amigos pese a que su imaginación hacía su propio trabajo— ¡No me digas que ustedes dos... anoche...! —cubrió su boca con asombro.

La Melodía Incompleta. - [ Victuuri / Fanfic ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora