PASCAL
Esa noche me costó dormirme, sobre todo porque las lágrimas me atacaron rápidamente después de haber visto marcharse a Luck en su moto. Tenía el pecho apretado, tenía la sensación de estar perdiendo todo y no sabía si todavía tenía tiempo de arrepentirme.
Eran las cuatro de la madrugada cuando mi móvil comenzó a sonar. Me dolía tanto la cabeza que intenté ignorarlo, pero la llamada fue tan insistente que finalmente miré la pantalla con el ceño fruncido por la luz. Era Dan.
—¿Dan? —contesté. Ya tenía el corazón acelerado y no sabía por qué. Sólo tenía un mal presentimiento.
—Pascal, lamento despertarte.
—¿Ocurre algo?
Esperaba con todas mis fuerzas que me dijera que no.
—Estoy en el hospital. Luck tuvo un accidente hace una hora y...
—¿Cómo? —encendí la luz del velador y me senté en la cama. Mi voz se cortó cuando oí ruido en el primer piso. Era Jean hablando con mi padre —¿Cómo que un accidente? ¿Él está bien?
—No lo sé —confesó —. Me llamó Vis y me contó un poco, se encontraba muy afectado. Entraron hace poco con Luck a una sala... estaba inconsciente.
Comencé a temblar. Era demasiada información.
—Voy...voy para allá Dan...ahora —le dije con la voz temblorosa. Me quité las sabanas de encima y comencé a buscar ropa en mis cajones.
—Te espero.
Colgué.
En cuanto estuve vestida y abrigada, me cepillé los dientes y me mojé el rostro. Todo mi cuerpo estaba temblando, todavía no podía asimilar lo que me había dicho Dan...no podía creerlo.
Bajé corriendo las escaleras cuando vi a Jean junto a papá conversando en el cuarto de estar. Ambos tenían un rostro preocupado, se movían de un lado a otro y apenas hicieron contacto visual conmigo guardaron silencio.
—¿Ya te enteraste? —me preguntó Jean.
Asentí.
—Debemos ir al hospital, vámonos Jean —dije de inmediato.
No sé qué rostro tenía, pero mi padre al verme en ese estado sólo asintió mirando a Jean. Nos hizo saber que tenía que arreglar un par de cosas antes y que aparecería temprano por la mañana en el hospital para saber cómo se encontraba Luck. Mientras esperaba que Jean se abrigara papá se acercó a mí para decirme que todo estaría bien.
—No me hables así... —le pedí —Él está bien, él es fuerte...no le pasó nada.
—Es más complicado de lo que parece... —intentó decirme.
—No, él es fuerte, papá. Sólo fue una caída...de seguro alguien lo chocó y...
—Pascal.
—Es mi culpa —solté y él frunció el ceño. —Si, debí quedarme con él... yo debí...si...debí detenerlo, debí...—mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y antes de que pudiera hiperventilar, papá me cogió por los hombros y me observó a los ojos.
—Nada es tu culpa ¿oíste? —Su voz fue tan dura que me dejó callada. —Ahora cuídate.
Apenas estuvimos dentro de la camioneta de Jean, volamos por las calles hasta llegar al hospital. Entramos preguntando por él a las enfermeras y tras algunas indicaciones dimos con el pasillo en donde se encontraba Dan, los hermanos de Luck, Vis y también su padre. Todos estaban en silencio, unos mirando el móvil, otros sólo mirando el piso de cerámica. Sin embargo, él que se veía más afectado era Vis. Se movía inquieto, miraba el piso y cerraba, a ratos, los ojos con fuerza.
ESTÁS LEYENDO
INTERNACIONALES
ActionTony Fabregas no es una metáfora. Es un hombre real. Tony Fabregas es brillante, tanto que no te escapas de su entrecejo hasta que te tiene sentado frente a él. Es peligroso, frío como un témpano de hielo y el rey de las calles que piso a diario. ...