Capítulo 17: Un nudo desatado

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Como ya estábamos cerca del parque, nos detuvimos en la entrada y vimos a Luck aparcar la motocicleta acercándose a nosotros

—¡Hey Dani! —gritó.

¿Ahora se llevaban bien?

—Hablando del Rey de Roma —comentó Dan —¡Todo bien, Luck! —le siguió el grito.

¿Qué era exactamente lo que no sabía de la fiesta?

—Rocky —me observó a los ojos.

No le respondí. Aun no entendía por qué se había marchado de mi habitación sin despedirse ni dejando una nota.

—¿En qué andas? —le preguntó Dan a Luck.

—Pasé a dejarle comida a Trey a su entrenamiento.

—¿Entrenamiento? —fruncí el ceño.

—¿Y ustedes? —nos miró intercaladamente ignorando mi pregunta.

—Sólo caminábamos —contestó Dan —¿Vienes?

Quería asesinarlo un poco.

—Si a Rocky no le jode.

Como si le importara mi opinión en ese momento.

Negué levemente con mi cabeza y Luck sonrió uniéndose a nuestra caminata hasta el parque. Apenas llegamos a la primera banca nos quedamos ahí, ya que teníamos a la vista la motocicleta.

—Compraré algo para comer —dijo Luck —¿Me acompañas, Dani? —Luck y Dan intercambiaron unas miradas sospechosas, pero se pusieron de pie dejándome a solas —No te muevas de aquí, Rocky.


LUCK

El sábado por la noche no había podido lograr dormir junto a ella. La culpa me estaba matando y no entendía por qué, si ni siquiera había sido mi culpa. Era muy buena, muy sencilla y honesta para fijarse en un tipo como yo. No quería destrozarla, no quería sentir nada por ella.

—¿Por qué no le has contado a Pascal lo de Amy? —me recriminó Dan cuando estábamos en la pequeña cafetería. Podíamos ver a Pascal en la distancia, pero no nos oía.

—No pude hacerlo.

—¿Por qué? ¿Te gusta? —su voz me dejó fuera de mi cuerpo, me sentí raro al instante.

—Ni siquiera ha sido mi culpa.

—¿Te gusta? —insistió.

—Mira, Dan, no hablemos de eso —comenté sacando un par de galletas y luego sirviendo tres cafés. Hacía un poco de frío esa tarde.

—Eres un imbécil ¿sabías?

—Cállate —puse las cosas sobre la mesa —. No me conoces.

—Pues te presento la confusión, Luck. Te presento el sentimiento de que estés loco por alguien.

—No estás ayudándome.

—Luck, le dices tú o le digo yo. Decide.

Lo miré por unos segundos y pagué.

—¿Y? —enarcó una ceja mientras caminábamos hacia Pascal.

La observé de lejos.

—No puedo hacerlo —repetí mirando aun a Pascal.

Dan colocó una mano en mi espalda y me dio tres leves palmaditas.

—Decidiste.

Cuando llegamos a la banca que estaba sentada Rocky, repartí las galletas y los cafés. Nos sentamos junto a ella y la conversación se desvió hacia lo lindo que era el parque y unas mierdas más que no terminé de entender. De pronto, mi móvil comenzó a sonar, era un mensaje de Jean quien debía tener una reunión en breve por algo de una carrera.

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