Cuando me dijo su nombre recordé a mi padre repetirme en cientos de ocasiones que no dijera mi nombre a cualquier persona desconocida en la calle, así que sólo asentí como una idiota tipo: "Qué bueno que te llames Luck ¿Qué más necesitas?", pero a él pareció no importarle, así que lentamente me giré para seguir caminando mientras él sacaba un cigarrillo y lo encendía con tranquilidad.
—¿Cuál es tu nombre? —me preguntó antes de que pudiera escaparme.
Guardé silencio.
—Ah, muy bien —sonrió —. Te enseñaron a no hablar con desconocidos.
Asentí levemente.
—Pues no somos tan desconocidos si ayer te salvé el culo ¿no crees?
—No me salvaste, ya te dije que tenía todo bajo control —él alzó las cejas tipo: ¿En serio estás diciendo esa estupidez? Así que...—Bueno, ya iba a tenerlo bajo control, pero llegaste tú.
—De acuerdo Rock Lee —rio —¿Puedo llamarte así si no sé tu nombre?
—Soy Pascal —contesté.
—Prefiero Rocky —dijo, luego exhaló el humo del cigarrillo con ironía —En fin, no deberías caminar sola a esta hora por aquí.
¡Que se lo dijera a mi padre por favor!
—Ya veo, todos saltan a hablarte como si nada.
Indirecta muy directa.
—No tan sólo eso.
—Lo sé —contesté.
—¿Dónde vives?
—¿Por qué debería decirte donde vivo? —le pregunté, apoyé una mano en mi cadera y lo observé fijamente.
—Para acompañarte —se encogió de hombros como si eso fuera lo más normal del mundo, luego notó que no le quedaba tanto cigarrillo, lo apagó en un basurero y lo botó.
—No, gracias. Puedo conmigo misma.
Él sonrió enseñándome unos blancos dientes en una sonrisa que me contrajo el estómago.
—Igual no te pregunté —dijo muy convencido de que podía ser ese tipo de chico conmigo, así que...
—Y odio que no lo hagan —lo enfrenté —, así que de verdad quédate aquí ¿de acuerdo?
Primero: No lo conocía.
Segundo: Mi padre iba a matarme si veía que al segundo día de escuela un chico iba a dejarme a casa, ya podía verlo decirme "Claro, no sabes cuidarte sola y te consigues a un chico que lo haga ¿no?"
Él asintió levemente.
—Adiós —sonreí falsamente.
—Nos vemos Rocky —contestó.
Apresuré el paso para llegar a casa y esta vez no se me hizo tan largo el camino como el día anterior, así que suponía que al ir pasando los días sería mucho mejor. De pronto, cuando iba a meter la llave al picaporte oí que alguien tosió detrás de mí, a unos cuantos metros, me volteé con el ceño fruncido, pues...
—Linda casa —comentó Luck. —, debes vivir como una princesa. Si supieran que golpeas como boxeador no te tendrían viviendo aquí...
No pude evitar reírme.
—Gracias por la escolta secreta —lo observé.
Él hizo un gesto tipo "a la orden" con su mano en la frente, me regaló una última sonrisa y caminó por el mismo lugar que venía, hacia abajo.
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INTERNACIONALES
AcciónTony Fabregas no es una metáfora. Es un hombre real. Tony Fabregas es brillante, tanto que no te escapas de su entrecejo hasta que te tiene sentado frente a él. Es peligroso, frío como un témpano de hielo y el rey de las calles que piso a diario. ...