Estaba tan nerviosa que el camino por el pasillo se me hizo cortísimo. Tenía la boca seca, el corazón me palpitaba en los oídos. Miramos la puerta que nos había señalado Vince y fue Jeff quien giró la manilla hasta que la puerta finalmente se abrió. Tenía las manos en puños y mi mirada cayó directo a la cerámica bajo mis pies. El cálido ambiente de la habitación no me ayudó para sentirme menos nerviosa y, armándome de valor, alcé la vista y vi las paredes claras, luego una televisión colgando y una gran ventana al costado de la camilla.
—¡Jeff! —la voz de Luck me descolocó. Sonaba tan alegre. De inmediato mis ojos chocaron con los de él, quien me observó, pero rápidamente pasó su mirada hasta su hermano. Tenía su brazo conectado a medicamentos, un parche al costado de su cabeza y su brazo izquierdo sostenido con una malla. Tenía un par de heridas en la cara y su labio hinchado me recordó a sus peleas. Estaba sentado, su mirada era distinta a la que yo conocía.
—Luck —sonrió Jeff con nervios, luego se acercó Vis y se abrazaron un poco. Ambos parecían felices de verlo, pues Luck estaba vivo y su accidente no había sido completamente fatal —¿Cómo están? ¿Cómo me veo? —pregunto Luck con una sonrisa que me apretó el estómago. Parecía estar de buen humor. Y yo todavía estaba congelada en una esquina de la habitación.
—Como la mierda —contestó Jeff.
—Pues lo estoy —volvió a reír —No sé qué mierda ocurrió...
—Tranquilo, ya lo entenderás —se adelantó Vis con las comisuras de sus labios levemente alzadas.
—Vienen acompañados —dijo Luck alzando sus cejas, luego cerró los ojos con fuerza casi recordando de que en una de ellas tenía una herida.
Mi estómago se apretó mientras Jeff y Vis me dieron una mirada rápida. Y, al ver que yo no hacía nada, Vis se adelantó.
—Si. Ella es Pascal.
Luck me observó un poco más.
—¿Algo que no recuerde de ti? —preguntó en tono de broma y yo tragué duro.
—En realidad, sí —le habló Jeff.
Luck se movió inquieto, luego su rostro cambió, enseriándose.
—Lo lamento —soltó y yo sólo guardé silencio, como una idiota. —¿Eres la novia de Vis? Te pregunto porque Jeff no tendría novia en cien años —sonrió tan honestamente que sentí un brinco en el corazón. Ay no. Sentí mis ojos aguarse y él notó eso. Sus labios formaron una línea recta y el silencio se apoderó de la habitación. Negué rápidamente con la cabeza y no pude evitar girar sobre mis pies y salir de la habitación.
Sentía que me estaba ahogando y apenas cerré la puerta a mis espaldas, me apoyé en la pared para no caerme. El llanto se quedó en mi garganta y luego exploté. Comencé a llorar en medio del frío pasillo solitario mientras los recuerdos me invadían por completo. Sentía mucha impotencia, muchísima culpa y un dolor desgarrador en el corazón. Por un momento pensé que no lograría detenerme, que no lograría respirar bien.
¿Cómo podía haber sido así de ciega?
Luck era la persona más importante de mi vida y le había entregado todo lo que tenía. Y ahora no me recordaba. No recordaba que me conocía, ni que me defendió en varias ocasiones, ni menos que pasamos la noche juntos en su departamento. No recuerda que lo quiero, que lo quiero muchísimo. Más que a mi vida. Ni menos recuerda que yo fui el maldito motivo por el cual tuvo este puto accidente. Había sido una tonta por pensar que Ryan podría hacerme olvidarlo... si tan sólo ese día que había golpeado a Ryan con rabia yo lo hubiese entendido o aceptado... nada estaría pasando ahora. Soy la maldita culpable de que esto esté ocurriendo...Dios ¿cómo voy a vivir así?
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INTERNACIONALES
ActionTony Fabregas no es una metáfora. Es un hombre real. Tony Fabregas es brillante, tanto que no te escapas de su entrecejo hasta que te tiene sentado frente a él. Es peligroso, frío como un témpano de hielo y el rey de las calles que piso a diario. ...